ESTA VIDA Y LA OTRA.

CAPÍTULO XXIV

Son las cinco de la mañana y no puedo conciliar el sueño, he tenido más pesadillas, Elena está completamente dormida, a veces la envidio por dormir tanto. Así que bajo a la sala y comienzo a escribir.

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¿Quién soy?

¿Qué quiero?

No tengo ni puta idea.

Pero hay algo muy claro y es que por ti quiero iría hasta el infierno.

Hace mucho tiempo que no siento cariño tan especial por nadie en realidad.

No soy muy buena escribiendo pero me sale tan natural cuando lo hago por ti.

Mi niña he aprendido a quererte tanto que me aterra.

No sé qué vaya a pasar en un tiempo, pero comienzo a imaginarme lo que quiero.

Te quiero a ti, en casa, en mi cama, te quiero con todo lo que eso significa bueno o malo.

Mimada y consentida.

Mi niña de sonrisa despampanante.

¿Cómo es que me manejas con facilidad?

Mi vida ha cambiado desde que llegaste a ella.

Caprichosa y con un risa que se escucha a kilómetros.

Un pequeño ciclón que ha llenado mi tormentoso corazón.

Eres un desastre en casi todo lo que haces, un cambio constante de emociones.

No importa lo que pase, no importa como sea.

Quiero que estés conmigo, quiero que seas feliz.

Con cariño tu lala, tu Ada.

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— Ada, tengo hambre. — Son las seis de la mañana y ella tiene hambre.

Guardo el archivo. — ¿Qué quieres desayunar? — ¿Y ahora qué haré?

— Un desayuno como el que hace Sara. — ¡Oh! Si claro voy a cocinar algo similar a lo que hace Sara, ¿enserio cree que yo cocino igual a Sara? ¿Enserio cree que cocino?

Con pereza me levanto y nos dirigimos a la cocina, con la comida que compró Andrew intento hacer algo muy simple y que sea comestible, básicamente consiste en fruta picada, unos sándwiches, huevos y jugo de naranja. Normalmente nunca hago eso pero creo que por aquí tendré que hacerlo yo, lo malo de una semana lejos de Sara, ahora que me acuerdo de mi hermosa Sara le mando un mensaje.

6:40 a.m

I miss you.

Buenos días mi hermosa Sara, ten un día maravilloso.

Tuve que hacer el desayuno para todos aquí.

¿Está bien fruta picada, sándwiches, huevos y jugo?

Definitivamente la extraño mucho, estoy acostumbrada a viajar y pasar días sin ella sin embargo no sé por qué pero esta vez la extraño mucho más de lo normal. En estos momentos tengo Saritis, quiero los abrazos de ella, que me apapache, quiero sentir los mimos de mi segunda madre, la extraño tanto. Parezco una niña pequeña pero es lo que lamentablemente anhelo, la necesito, sin ella no soy completamente feliz, es mi Sara favorita, mi hermosa nana.