CAPÍTULO XV

202 16 0
                                    

— ¿Dónde está mi pequeña tormenta? — Oigo a papá y me rio un poquito, tapo mi boca para que no me escuche.

Mi corazoncito hace bum-bum-bum ya casi me encuentra y eso que me escondí muy bien, debajo de su escritorio es el mejor lugar, lo raro es que encontré unas galletas y una leche aquí cuando vine a esconderme, ya me las comí, estaban muy ricas.

— ¡Lala no te dejes encontrar! — Escucho el grito de mamá y una carcajada aunque lo siento muy cerca.

— ¡Aquí estás mi pequeña tormenta! — Dice mi papito con muchas risas.

Me tapo mi cara con mis dos manitas, así que él se mete en mi escondite y me hace cosquillas. Mi mamita y mi papito son muy amorosos, me hacen muchas cosquillas y me dan muchos besos, no puedo de la risa, me gusta que ellos me abracen y jueguen conmigo, no tengo hermanitos así que ellos son mis amigos y jugamos todos los días.

Papito cuenta porque yo no sé contar, yo corro, corro a esconderme y mi mamita le ayuda a papito a encontrarme a veces se demoran mucho, soy muy buena escondiéndome porque a veces puedo tomar mi lechita y mis galletitas y después me encuentran y me hacen cosquillas.

— Mi Lala hermosa, mi princesa, tus reyes te amamos con el alma, eres nuestro orgullo, eres nuestra princesa. — Dice mamita mientras me mira con sus hermosos ojitos azulecitos como los míos. — Nunca olvides que te amamos. — Me da un beso en mi frentecita y me acaricia la cabeza.

— Mi pequeña tormenta, eres la princesa de este castillo. — Papito también tiene ojos azulecitos como mamita y yo. — Daría mi vida por ti.

Yo los miro a los dos y les doy un beso a cada uno, siempre que los beso ellos cierran los ojitos, me dicen que así es como graban mis besos. Mamita recoge el plato y el vaso que están debajo del escritorio de papito, su sonrisa es muy bonita, es blanquita como el vestido que tiene Ángela mi muñeca, papito tiene gafas y creo que he dañado muchas de ellas, siempre se hacen dos pero no es mi culpa solo que se dañan, me gusta escuchar cuando se hacen dos.

— Yo amo mucho a mis papitos. — Mamita saca del cuello el pedacito del arito y papito también, yo también y los juntamos es un circulo muy bonito con piedritas que brillan.

Abro los ojos con pereza, pero con una sonrisa especial al recordar esos momentos con mis papás. Normalmente a mí siempre me atormentan mis pesadillas pero de un tiempo para acá esas pesadillas han cambiado por unos sueños más tranquilos. Miro el reloj son las 12:00 del mediodía, hace mucho no dormía hasta tan tarde, me desperezo y salgo de la cama.

Tengo los ojos hinchados supongo que es por tanto dormir, tomo el baño más largo que puedo, hoy es un día de paz y tranquilidad, no quiero que nada lo estropee. Una copa de vino mañanero hace que todo sea más claro, hoy no tengo mucho que hacer, así que hago unos planes muy banales, no quiero estar con Alex, quiero que este día sea para mí nada más, quiero consentirme un poco, tal vez vaya de compras o me quede aquí a ver películas o leer, lo primero que tengo que hacer es pedir comida.

Decido ponerme algo muy básico para el día de hoy, un pijama negro en seda, en realidad es una bata pero es muy linda y cómoda, como quiero estar hoy. No me maquillo, realmente cuando estoy en la casa procuro no perder mi tiempo con el maquillaje, nadie me verá, así que, ¿qué más da?

Escucho el timbre resonar por todo el apartamento, corro para abrir supongo que debe ser Andrew, hace mucho no me siento a hablar con él, creo que desde que despertó Alex del coma no he vuelto a cenar con él, me da pena pero también estoy molesta por su comportamiento últimamente con la hobbit, no me gusta que él sea así con ella, no es mi hija ni nada pero a una niña como ella si bien hay que saber criarla pero no hay que ser tan sádico.

ESTA VIDA Y LA OTRA.Onde histórias criam vida. Descubra agora