03

20.1K 1.5K 104
                                    

Capítulo 3

OCTUBRE

Ese viernes, Katherine buscó a Emily por el preescolar y fue camino a la casa de Alexander justo después. La niña estaba más que emocionada por poder conocerlo y pasar tiempo con su papá al fin, y no parecía aterrada de estar a solas con él. Aunque aterrada era como Kate se sentía por tener que pasar la noche sola en su casa, a kilómetros de su hija.

En realidad vivía en Beverly Hills, como los Baskerville, los Dunn y los Hayes. Ella era la única que vivía en el centro de Los Ángeles, aunque si no se equivocaba, el apartamento de Ireland también se encontraba por la zona. Si Katherine tuviera la oportunidad de elegir, se habría mudado cerca de su familia tiempo atrás, pero el apartamento en el que vivía era lo mejor que podía costear.

Su padre y su hermano habían querido darle un préstamo, pero no iba a aceptar dinero que no naciera de su propio esfuerzo. Dylan en realidad no había sido tan malo, era la primera vez que le ofrecía dinero, pero su padre... Katherine había crecido con sobornos porque no conocía otra cosa. Ahora era una chica grande y podía cuidarse solita.

—¿Falta mucho para llegar? —preguntó Emily en el asiento de atrás.

Katherine frenó en una luz roja y le sonrió a través del espejo retrovisor.

—No, solo un par de cuadras.

Emily le mostró los dientes en una sonrisa y volvió su atención hacia la Barbie que llevaba en las manos. Kate logró mantener su expresión, pero por dentro se sentía nerviosa. Más que nerviosa. Parte de ella saltaba de emoción por poder juntar a su hija y a su padre, oficialmente por primera vez. La otra solo quería tomar a Emily en brazos y correr devuelta hacia su apartamento.

Al aparcar fuera de la casa de Alexander, no pudo evitar notar que era muy similar a la de Christopher. Grande, con la fuente en el frente para que los coches pudieran rodear y volver a salir, y nada del patio trasero visible. No era el tipo de casa que le habría elegido en su mente. Kate se había imaginado algo más simple y pequeño. La única diferencia con la casa de los Dunn era que la pintura exterior de esta era celeste.

Aparcó a la derecha del cual ella supuso era su coche y apagó el motor. Giró sobre el asiento para poder mirarla Emily. Ella aún observaba su muñeca con mucha atención.

—¿Estás lista? —le preguntó.

La niña la miró por debajo de las pestañas, sin levantar la cabeza.

—Estoy neviosa.

Nerviosa, quiso corregir Katherine, pero reprimió el impulso. Este no era el mejor momento para tener una discusión sobre su manera de hablar.

Además ella misma se sentía nerviosa.

—Todo estará bien —dijo con una sonrisa—. Estaré contigo todo el tiempo y luego me iré en la noche para que puedas conocer mejor a tu papá.

Levantó la cabeza y la miró con los ojos abiertos.

—¿Te irás?

A Kate se le escapó una sonrisa genuina y de ternura al escuchar el ligero pánico en su pregunta. Le aliviaba de sobremanera que le asustara aunque fuera un poco quedarse sin su mamá, algo que usualmente no le generaba problemas. Emily era bastante independiente.

—Sí, pero solo serán unas horas, estaré devuelta cuando te despiertes.

La niña apretó la Barbie hacia su pecho y sonrió con timidez, lo que provocó que le pecho de Katherine se hundiera. Todo este tema creaba sensaciones y sentimientos, tanto en la madre como en la hija, eso ya lo sabía. Pero timidez... Timidez era algo que nunca le había visto a Emily.

Lazos irrompibles (Lazos II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora