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Alexander

Katherine se quedó a dormir esa noche, luego de que ambos escucharan a Jessie divagar sobre los ridículos que sus padres y hermana eran. Ella se fue a dormir antes, claramente prefiriendo la comodidad de una cama a escuchar a su amiga parlotear, pero se notaba que el hecho de que saber que ella no era su novia le había caído bien.

Y ahora él también sabía que ella estaba soltera. Gregory Dunn no era su novio y nunca lo había sido. Por esa razón, la invitó a cenar de nuevo ese viernes, propuesta que aceptó. Sin embargo, no pudieron volver a tener ningún acercamiento porque Emily estaba con ellos todo el tiempo y ese viernes ella se fue a dormir a su casa porque al otro día trabajaba temprano.

Decidió que volvería a invitarla ese sábado, ya que de todos modos Emily dormiría en su casa esa noche.

No obstante, cuando el timbré sonó dos horas antes del horario previsto y Alex abrió la puerta, la cara de Katherine indicaba que no compartía sus deseos en lo absoluto. Estaba seria, con ambas manos sobre los hombros de Emily, quien tampoco lucía muy feliz.

¿Qué había pasado?

—Tengo algunas cosas urgentes que hacer —masculló—. ¿Está bien si la dejo más temprano de lo planeado?

Asintió enseguida y abrió la puerta para que su hija pasara, pero ella inclinó la cabeza para observar a su mamá.

—Kate, ¿estás bien? —decidió preguntar.

Ella asintió y le dio un empujoncito a Emily.

—Estoy bien. Lo lamento, pero no podré venir hasta mañana en la tarde. Probablemente puede que sea en la noche.

No le parecía que estuviera bien.

Alexander apoyó una mano sobre la cabeza de su hija cuando llegó a su lado, aunque la atención de la niña seguía en su madre. Se veía preocupada y algo angustiada. ¿Qué demonios había pasado para que la niña se viera así?

—Está bien, no te preocupes —concedió—. Sabes que puedes llamarme si necesitas algo más, ¿no?

Katherine intentó sonreír y asintió con la cabeza. Dio la media vuelta sin decir nada y caminó directo hacia su coche. La vieron en silencio mientras se alejaba por la entrada y luego por la calle.

Alex cerró la puerta y se agachó adelante de Emily. Tenía el cabello suelto y vestía una camisa blanca de mangas largas debajo de un vestido rosa viejo de tirantes gruesos.

—Emily, ¿pasó algo?

La niña asintió. Puso las manos sobre ambos lados de su cara cuando no respondió nada más; solo lució incluso más afligida.

—¿Puedes contarme qué pasó?

—La abela Natasha está en el cielo ahora —musitó ella y sus ojos se cristalizaron—. Harry me dijo que so quere decir que muró, como la mami de Bambi. So quere decir que no la veré más.

Hacía tiempo que no la escuchaba hablar tan mal.

Le rompió el corazón la manera en la que se largó a llorar tan desconsoladamente. La rodeó con los brazos y la estrechó sin dudarlo. Su cuerpito pareció hundirse en su pecho; al instante comenzó a temblar junto con sus sollozos. Le acarició la espalda y se levantó con ella en brazos para llevarla hacia la cocina, donde había estado desayunando.

—No quero no poder verla más —lloró contra su hombro.

Le parecía increíble que ya entendiera que no vería más a su abuela porque estaba muerta. Según Katherine, no había demasiada relación, pero se deberían haber visto lo suficiente si el no poder volver a verla la acongojaba tanto.

Lazos irrompibles (Lazos II)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ