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ABRIL

Katherine

Kate respiró el aire primaveral que inundaba el estadio de béisbol. Este era, quizás, su favorito, y siempre se tomaba el trabajo de dejarlo impecable antes de volver a casa. En este momento estaba aplanando la tierra de diamante que hacía media hora habían terminado de usar. Por ahora solo había un solo equipo que entrenaba y practicaba aquí, por lo que todavía no habían contratado a nadie que se ocupara de la limpieza y el orden del estadio. A ella le gustaba, le traía recuerdos, y le resultaba algo terapéutico.

Trabajar en Deportes McKenzie había resultado ser un empleo algo soñado, algo que no se había imaginado, y tenía una posición que, en su mente, no se merecía. Era, prácticamente, la mano derecha de Alexander junto a Jessie. Cada decisión que tomaba, cada idea que alguien le traía, primero lo discutía con ellas. No debía estar sentada tantas horas como cuando fue ingeniera musical, ni parada tantas horas como cuando trabajó con Dallas. Era diferente a todos los empleos que alguna vez hubiera tenido.

Jessie, en realidad, era quien supervisaba toda la sección que tenía que ver con el voleibol. Esto quería decir que estaba a cargo de organizar los horarios de cada cancha y del gimnasio, de supervisar los equipos cuando usaban las canchas, y servir de entrenadora si algún equipo lo deseaba.

Luego de aquel incidente, la actitud de los tres había cambiado drásticamente de uno hacia otro. Alex ya no desconfiaba de Jessie, Kate ya no sentía celos de Jessie, y Jessie parecía haber dejado atrás su enamoramiento. En realidad, ya hacía casi dos meses que trabajaban juntas y se veían todos los días, y Katherine ya estaba comenzando a considerarla una amiga. Incluso habían llegado a hablar de Nate, y Jessie le confesó todas las cosas horribles y rosando el abuso que el entrenador le había dicho. Aún no habían conversado de su familia, ni entendía por qué no la querían, pero el poder conversar de manera amigable era todo un avance.

El chillido de Emily la hizo mirar hacia atrás. Tay la estaba persiguiendo mientras corrían por los jardines. En realidad, a Kate le parecía un juego algo injusto, pues el estado físico y la habilidad deportiva de Tay era tan mala como la suya, cuando Emily parecía ser una deportista innata y corría mucho más rápido que su tía.

Sonrió con humor y terminó de emparejar el último pedazo de tierra.

El día de ayer las había dejado solas un rato y Emily terminó con un corte de cabello gracias a que se le pegó un chicle en el cabello y fue imposible quitárselo. Tay era buena lidiando con cualquier humor de Emily, pero el no haber podido quitar la goma de mascar fue un límite, aparentemente, porque ahora la niña llevaba el pelo por arriba de los hombros y casi no había rastros del cabello rubio de bebé que había tenido. Le quedaba un poco en las puntas, nada más.

No podía olvidar el haber llegado a la casa y congelarse a ver a Emily con el pelo tan corto y tan oscuro. En dos meses le había crecido demasiado rápido. Se le empezó a oscurecer tiempo antes de que conocer a su padre, pero ahora esta el mismo castaño que Kate y Tay tenían, y la primera vez la dejó impresionada.

Emily se encontraba bastante feliz con el corte. Apenas vio a su madre se puso a sacudir su cabeza para mostrarle cómo sus mechas cortas ahora bailaban alrededor de su cara.

—Mira, mami, ahora no se me caerá el pelo dentro del plato de comida.

Katherine sonrió, pero en lo que realidad pensaba era en que tampoco podría recogerlo en caso de necesitarlo. Bueno. Algo se le ocurriría.

La hermana de Kate estaba aquí por el domingo sería el cumpleaños número 5 de Emily, y por supuesto que ella quería estar aquí. Según tenía entendido, incluso Kleo, la otra media-hermana de Tay, vendría para celebrarlo. A ella hacía incluso más tiempo que no la veía. Cuando le contó a Alex de que Kleo vendría, parecía que le costaba creer que Kate podría llevarse bien con ella. Bueno, Kleo podía aparentar no ser la mejor influencia, considerando que era más rebelde de lo que ella había sido durante su adolescencia, pero tampoco conocía a alguien tan sereno y buena persona como ella. Y, si iba al caso, tenía menos tatuajes que Alex, así que...

Lazos irrompibles (Lazos II)Where stories live. Discover now