De Regreso a Ti. Trilogía: "Viva la Vida I".

Capítulo 13.

Estoy esperando la luz verde, la quiero — Lorde.

Los días comenzaron a pasar como una rutina tonta y divertida para mí, cada día me levantaba con una gran sonrisa en mi rostro. Tan solo pensar en que mi trabajo era ahora un lugar donde no solo convivían un grupo de personas a diario, sino un lugar donde había una familia que estaba para mí siempre que lo quisiera o necesitara.

O, mejor dicho, estábamos todos para todos.

Lo que era aún mejor.

Y, por otro lado, estaba la relación con mi jefe, que mejoraba día con día. Nos hacíamos cómplices, amigos, cada día que pasaba adquiríamos más y más confianza el uno con el otro y aunque a mí eso nunca se me ha dado muy bien que digamos, realmente lo estaba intentando.

Una canción sonaba ahora por los altavoces de mi computadora, una que no solo anunciaba que el sábado estaba cerca, sino que todo estaba cambiando para bien, para todos en esta oficina.

Larger than life de Pinkzebra.

Una canción bastante inusual para muchos, pero a mí me gustaban así, que tuvieran ritmo, pero sin dejar de lado a los mismos instrumentos que tanto se habían empeñado en poner ahí los mismos integrantes de las bandas.

Me gustaba vivir la vida al máximo, aunque a veces no lo pareciera.

—¿Vas a ir a comer con Maggie hoy? —dijo Leo mientras se acomodaba a un lado mío y al mismo tiempo repasaba la lista de canciones— Pon esta —me dijo muycerca de mí, ahora.

—No creí que fueras un chico del Baby Boom.

—No lo soy, pero tampoco puedo dejar de reconocer que han sido una de las mejores bandas de todos los tiempos.

—Totalmente de acuerdo —oprimí un botón y la canción comenzó a salir por los altavoces— Bien, puesta —Let it be comenzó a sonar en su versión de cover por Acroos The Universe desde las bocinas de mi computadora.

—En eso tienes razón y si, iré con Maggie al lugar de siempre.

—¿Qué crees que diría ella sí las invito a comer yo?

—Ella diría que sí, yo no.

—¿Porque no? —Dijo dándome una gran sonrisa completa.

—Porque habría de ir a otro lugar a comer, si este me gusta.

—Buen punto. —Dijo el chico sentándose en un lado de mi escritorio. Yo le di una buena cucharada a una pequeña gelatina roja que mi abuela me había hecho y demandado comer durante el día.

—Pero puedes acompañarnos, si quieres. —Dije sin despegar la mirada de mi computadora.

—¿Puedo? —Dijo él tomando mi gelatina y dándole un bocado— Es decir, ¿tú quieres? —La familiaridad con la que él yo nos tratábamos ahora, también era nueva, pero no me desagradaba del todo.

Hasta ahora.

—Sí, bueno si tú quieres. —Dije removiéndome en mi asiento. Esta situación me ponía algo incomoda, tenía que admitirlo.

—Sí, yo quiero, si tú quieres.

—Entonces es un hecho, llamaré a Maggie para avisarle entonces.

—Así se hará entonces, avísame cuando ella bajé para irnos.

—Sí, claro.

Dicho eso el hombre se giró y metió de lleno hacia su oficina.