Capítulo 28.

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Quiero ser tu fin del juego, quiero ser tu primera cadena, quiero ser de tu equipo, quiero ser tu fin del juego, fin del juego — Taylor Swift.


Dicen que el amor es complicado y cuando no se corresponde, aún más. Envenena el cuerpo y el alma de la persona, endurece el corazón y te deja sin ganas de nada.

Cuando salí de la bañera, por fin, estaba más arrugada que una pasa y no me sentía tan bien como había esperado sentirme. La última vez que hice esto, que dejé de comer no había pasado nada, nadie se dio cuenta, solo lo hice y ya. Pero ahora, me sentía tan débil, que tuve que sentarme en la taza del baño para no caerme mientras me ponía la ropa interior.

Sentía los parpados caídos y me ardía la garganta y el estómago como si hubiera vomitado. Lo cual hice, apenas y alcancé a abrir la tapa cuando mi cara ya estaba enterrada en la taza del baño.

Debí de estar haciendo más ruido del que estaba pensando, porque la puerta se abrió justo cuando mi cabeza estaba llegando al suelo.

Nunca creí que llegaría tan lejos, nunca creí que volvería a lo más oscuro de mi verdadero ser. Supongo que no soy tan fuerte como lo pensaba.

—Iris, ¿qué ocurrió? —Escuché mientras sus brazos me llevaban de vuelta a mi cama, me cubrió con una manta y luego con una toalla me limpio el poco vómito que quedaba en mi rostro.

—Vete. —Le dije. No lo soportaba, no soportaba tener algo que nunca sería mío. Yo solo era trabajo para él, no debí de haberme hecho ilusiones, no soy nada para él.

No soy nada, punto. Me quiero morir, pensé, de verdad, me quiero morir.

No hay pensado nunca en eso, no había llegado a tal extremo, pero esta vez estaba tan pérdida que no veía ninguna luz, no veía ningún propósito.

Dicen que la vida que tienes, es el resultado de lo que eres en verdad. Tienen razón, tengo esta vida porque soy una persona de mierda, por Dios, quien querría estar conmigo en esta vida, ¿sí soy una mierda?

Nadie, esa es la respuesta.

Esperaba a que él se fuera, pero no se iba.

—Vete. —Le grité lo más fuerte que pude. Mi garganta estaba tan afectada que apenas y salían las palabras en forma de un suspiro.

Pero él no se iba.

—Vete, no soy nada para ti, entonces no mereces verme mal, nadie lo merece. —Le grité con todo lo que tenía.

—No es así.

—Sí, lo es, ¿tú crees que es muy divertido para mí la vida que tengo? Carajo, esta es la vida que mis padres me obligaron a vivir, no la que yo quiero, pero no puedo hacer nada para cambiarla, ¡no puedo hacer ni una puta mierda para cambiarla!

Estoy atrapada por completo en una trampa del destino.

—Iris... yo...

—Vete, vigila desde afuera, no necesitas estar tan cerca de mí para cuidarme, no significas nada para mí. ¡Vete! ¡Vete! —Dije entré en llanto, todo me dolía y así no servía para nada— ¡Sí no te vas tú, me voy yo! —Dije levantándome, tome la manta y regrese al baño por mi ropa, me vio ponerme cada prenda en silencio, pero no se movió.

Luego dijo algo que me dejó helada.

—¿Qué es eso?

Me cubrí lo más rápido posible y salí del cuarto, tomé mi mochila y subí al auto.

De Regreso a Ti. Trilogía: "Viva la Vida I".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora