De Regreso a Ti. Trilogía: "Viva la Vida I".

Capítulo 18.

Nadie más puede arreglarme, solo tú — Little Mix ft. Cheat Codes.

—¿Cómo te encuentras esta mañana? —Me dijo una enfermera al día siguiente. Se acercó a mi cama, me acomodo la almohada y reviso mi monitor.

Desde que había llegado al hospital, me habían conectado a distintos aparatos. La mayoría no recordaba para que servían, porque me los habían quitado ya, pero solo uno se había quedado.

El monitor que registraba la actividad de mi corazón. No lo tenía conectado todo el tiempo, pero si casi todo el día y toda la noche.

Las enfermeras de la mañana venían y lo revisaban, supervisaban que estuviera funcionando correctamente, que los chupones estuvieran bien colocados y luego se iban y me dejaban sola la mayoría del tiempo.

—Estoy mejor, gracias por preguntar.

—Escuché que te darán el alta pronto.

—Si, en una semana más. —Le dije mientras me acomodaba en una mejor posición para poderla ver y escuchar de frente.

—A nosotras nos dijeron que te irías este mismo viernes.

—¿Espere qué es lo que acaba de decir? —Lo que dijo me dejo en un shock total. Pero si eso era mañana. Como me iba a ir después del asalto que había pasado aquí mismo hace tan solo dos días, mis moretones ya no dolían tanto si, pero aún lo hacían.

—Sí, el médico de guardia ya lo sabe. —Eso no puede ser cierto.

—Pero mi Cardiólogo dijo que me quedaría una semana. —Eso no puede estar bien, Nicholas dijo que necesitaría más tiempo para sanar.

—Pues por lo que sé y veo, tú ya estás bien como para irte. —Dijo la mujer mientras me retiraba la bandeja del desayuno— ¿No estas feliz porque ya te vas a casa?

—Sí, yo estoy... más que feliz por irme a casa. —¿Lo estaba? ¿Realmente lo estaba?

La enfermera se fue con la bandeja de comida totalmente vacía en las manos. Y yo me quede totalmente confundida. No había dicho Nicholas que podía quedarme si lo requería, él dijo que necesitaba que me quedara para sanar mejor, porque en casa apenas y podría hacerlo bien, porque me haría bien.

Me salí de la cama por primera vez en el día, me acerqué a la ventana de mi habitación y vi por ella.

El mundo parecía tan lejano desde aquí, toda la ciudad me era ajena porque no era lo mío. Este no era mi hogar, sin embargo, tenía tantas ganas de quedarme aquí.

Lejos de mi vida llena de responsabilidades y cosas que me atormentaban.

No quería irme.

Pero lo tendría que hacer.

Tendría que irme.

Lejos de todos, lejos de aquí, de mis amigos, lejos de Rocío, lejos de él.

Alguien toco a mi puerta y cuando vi quien era algo dentro de mí, se rompió aún más.

—¿Es verdad que me voy mañana? —Le dije a Nicholas frenándolo para que no se acercara demasiado.

—Sí, es verdad, me reuní hoy por la mañana con el jefe de médicos que me ha ayudado con tu caso y decidimos que lo mejor era que te fueras a casa.

—¿Puedo saber por qué? Tú dijiste que después de lo que paso estaría mejor aquí que en mi casa.

—Porque tu corazón volvió a ser tan fuerte como lo era antes y ya no es necesario que te quedes.