Capítulo IV

5.4K 274 4
                                    

— ¿Qué les gustaría pedir? —Llevé a cenar a Lynn a uno de los restaurantes más caros de la ciudad.

Lynn examinó por segunda vez el menú — La especialidad del chef —pedí educadamente, el chico anotó en su libreta.

— ¿Para ambos?

Asentí. —También quiero una de las mejores bebidas que sirvan —habló Lynn y el chico siguió anotando.

—En un momento traigo sus órdenes.

— ¿Crees que se tarde mucho? Tengo hambre —se quejó Lynn haciendo una mueca mientras sacaba su celular.

—Podríamos conocernos en lo que traen las órdenes —recomendé.

—Supongo que estaría bien  —miró el celular —Habla —ordenó sin mirarme.

—Mejor cuéntame de ti —la chica elevó la mirada y guardó el celular.

—Bien, me gusta salir con mis amigas, arreglarme, amo maquillarme —señaló su bello rostro. — Me gusta ser femenina y odio a los racistas —concluyó con una sonrisa.

— ¿Algo más que deba saber?

—Con el tiempo las sabrás —me guiñó un ojo.

—Misteriosa —mordisqueé mi labio. — Me encanta.

 — ¿Solo eso?

—Todo en ti —sonrió satisfecha.

Nuestras órdenes llegaron media hora después, Lynn se terminó completamente su comida, jamás pensé que se la terminaría, porque, chicas como ellas no comen o están a dieta, terminé mi comida antes que ella y tomó de su cara bebida la cual debía pagar, diablos, Lynn terminó, dejé el dinero el cual me había sorprendido mucho por la bebida que fue la que más costó, Lynn entrelazó nuestras manos para caminar.

— ¿A dónde quieres ir? —la miré, caminaba con la vista alta mientras sus tacones chocaban con el piso haciendo un eco.

—Vayamos a mi casa —sugirió. —Mis padres no están.

Oh joder.

—Seguro.

Subimos a la camioneta de Jack G y arranqué inmediatamente, volví a tomar su mano mientras manejaba, ella llevó mi mano a su pierna, la miré de reojo sorprendido, ella sonrió mientras me guiñaba un ojo, otra vez, quería jugar rudo, jugaremos rudo.

Apreté su pierna por lo cual ella sonrió, subí mi mano hasta su cintura y después la lleve a sus muslos, el semáforo se puso en rojo, aproveché ese momento para apretárselos, ella gimió y se elevó un poco dándome más acceso.

—Bésame —ordenó con los ojos cerrados.

Me giré tomando su mentón, me acerqué velozmente hacia sus labios para comenzar con una guerra de lenguas, Lynn me apretó hacia ella fuertemente y pude sentir los latidos acelerados de su corazón, tomé de su trasero haciéndola gemir.

—Mierda —mascullé enojado al ver que la luz era verde.

—Debes manejar —mordió mi labio y se acomodó en su asiento. —Maneja, así llegaremos a mi casa más deprisa.

Asentí mientras arrancaba el auto lo más rápido que podía, Lynn me dio indicaciones un tanto estúpidas como, hay una tienda a unas cuadras, portón gris, el color de la casa, pero di con ella, así que, fue solamente suerte.

Primera Fase |Cameron Dallas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora