—Me he cansado de juntarme solo con ustedes —se quejó la rubia recibiendo una mirada confusa de Nash. —Sabes que te quiero, pero necesito amigas de mi mismo sexo —se señaló.
—La comprendo —dije. — Eso mismo me pasaba cuando me juntaba solo contigo Nash, pero me he adaptado —Rachel rió en voz alta al igual que yo, Nash me miró mal pero terminó riendo.
—Hola chicos —Shawn llegó detrás de Nash pasando su mano por su hombro.
—Al fin te dignas en aparecer bro —Nash comentó dándole palmadas en la espalda.
Rachel lo saludó con la mano y él le sonrió. —He estado muy atareado, trabajos y trabajos, ya saben —pausó. — ¿Han visto a Demi?
Lo miré frunciendo el ceño. — ¿Para que la quieres? —todos comenzaron a reír. — No encuentro lo gracioso —dije seriamente por lo cual dejaron de reír de golpe.
—Tenemos un trabajo de parejas y necesito encontrarla porque debemos reunirnos.
—Dudo que quiera Shawn ―comentó Rachel atrayendo la atención de todos.
Enarqué una ceja. ― ¿A qué te refieres? ―pregunté.
—Ya no habla, para nada, solo asiente o niega, ya no sonríe para nada —susurró como si temiera que alguien más la escuchara.
Shawn asintió. —Lo he notado.
— ¡Y no me dijiste! —reclamé un poco molesto, no con él, conmigo mismo.
Se encogió de hombros un poco sorprendido por el tono de voz que use. —Lo siento, pensé que te habías percatado de eso.
—Yo lo siento Shawn, es solo que, debo irme.
Giré sobre mis talones sin decir nada más y comencé a alejarme de mis amigos, realmente me sentía mal por lo de Demi, ella está muy mal, necesita ayuda urgentemente, pero ni siquiera me habla
—Cameron, que coño está pasando contigo —Nash llegó a un lado de mí, caminando a mi mismo paso.
Lo miré de reojo. —Demi es lo que pasa.
—Sé que hace un mes exactamente —me detuvo poniendo un brazo en mi pecho. —Te dije que ella valía la pena pero…
—No me digas que ya no lo vale porque ambos sabremos que estás mintiendo —mascullé entre dientes apartando su mano.
—Te está haciendo daño Cameron.
Apreté los ojos soltando un suspiro pesado. —Ella me necesita.
Nash sujetó mi hombro, lo aparté con delicadeza y me alejé de él, no me siguió, justamente una cabellera castaña pasó a unos metros de mí, yendo a dirección contraria de donde yo estaba de pie mirándola, caminé con rapidez esquivando a los que se me atravesaban en el camino, Demi estaba a escasos metros de mí, de improvisto ella se giró fugazmente haciéndome parar y ambos quedar a pocos metros de distancia.
Enarcó una ceja sin mostrar alguna expresión, su boca estaba recta, formando solo una línea, su piel estaba más pálida de lo normal, su ceño fruncido era lo único que marcaba su rostro, sus ojos me miraban fijamente sin el brillo habitual, estaban apagados.
—Demi —sentí un revoltijo en el estómago al decir su nombre, ella continuó mirándome de la misma manera. — ¿Qué sucede? —Enarcó más su ceño, de una manera tan exagerada que creí que se iba a quedar la marca. —Sé que me odias, pero, puedes contar conmigo.
