—Ahora que ya son pareja no nos hacen caso —se quejó Demi dándole un sorbo al vaso de agua con unos cubitos de hielo.
Me encogí de hombros. —Tarde o temprano debía pasar —me miró confundida. —Olvídalo —me apresuré a decir.
—Cam —jugueteó con el vaso moviendo los cubitos. —Gracias.
— ¿De qué? —sonreí esperando a que me contestara.
—Por acompañarme, no quería venir sola —mordisqueó su labio, sentí que iba a morir. — Nunca había llevado a alguien conmigo.
Ladeé la cabeza. — ¿Enserio? —sentí alegría al saber que era el primero en algo para ella.
—Sí —sonrió enseñando un poco sus dientes.
— ¿Quieres ir a algún lado? —propuse. —La fiesta se ha puesto un poco tediosa —miré hacia mi amigo con la rubia demasiado empalagosos. —A caminar, al cine, cenar, yo pago.
— ¿Pagar para caminar? —sonrió burlona y me sonrojé.
—Excepto eso.
—Caminar, eso me gusta.
—Genial —tomé de su cintura y comenzamos a caminar, pedimos la camioneta la cual no tardó en llegar y arranqué rumbo a un parque. — ¿Has tenido novio? —pregunté después de unos minutos de silencio.
Negó. —No he tenido, ni primer beso.
—No te creo.
—Mi padre está en contra de tener novio hasta los dieciocho —me miró. —Y eso, mi madre está de acuerdo con él.
—Pero alguien te lo tuvo que preguntar, ¿no? —la miré por el rabillo del ojo.
Negó. —Nadie me lo ha preguntado —hizo una mueca. —No los culpo.
— ¿De qué hablas? Son unos idiotas por no fijarse en una chica como.. —dejé de hablar porque yo antes era uno de esos, además ella se había sonrojado demasiado.
—Gracias —sonó más en tono de pregunta. — ¿Cuántas novias has tenido?
Eso me incomodó y lastimó un poco. —Uh, he tenido dos, pero lo demás es pasajero —sonreí tensándome.
—Odio que los chicos jueguen así con las chicas — ¡Auch! —Pienso que, deben dejarse amar y dar el amor que les dan.
Fruncí el ceño. — ¿Han hecho eso contigo? —De tan solo imaginármelo me dio tanta rabia la cual se esfumó cuando negó.
—A Rachel, ese parque es bonito —dijo apresuradamente mirando por la ventanilla, orillé la camioneta hacia un lugar libre, Demi bajo inmediatamente que me estacioné.
—Tranquila, tranquila —dije sonriendo, se veía tan entusiasmada por, un parque.
—Solía venir aquí con mamá —comenzó a caminar adentrándose más, troté hasta que llegué a un lado de ella. —Desearía volver a ser, a ser una nena.
— ¿Por qué?
Me dio una mirada rápida. — Porque no sabemos las decepciones de la vida, nuestros padres nos hacen creer, que, que todo estará bien porque ellos te protegen, te cuidan, te dan tanto amor que hay veces que no querías tanto aprecio —tomó aire. — Y ahora que no lo tienes lo quieres, ver como tu familia se derrumba —soltó con amargura y se detuvo haciendo que yo lo hiciera. — Todos esos momentos juntos ya no volverán —su voz se cortó y sentí mi corazón caer. —Te sientes tan solo —soltó un sollozo e inmediatamente llevó su mano hacia su rostro, cubriéndolo y se giró dándome la espalda.
