—Ahora yo no soy el nervioso —sonrió Nash con sorna.
—Cállate y ayúdame.
— ¿En qué? Siempre te vez bien —repitió lo que le dije hace unas noches. —Además, solo vamos a la feria, no vamos a alguna fiesta presidencial.
— ¿Así está bien? —asintió.
—Ahora mueve tu culo, vámonos, vamos tarde por ellas.
— ¿Ellas? —Hayes estaba sentado en un sillón de la sala.
—Saldremos con unas chicas Hayes —informó Nash abriendo la puerta.
—Quiero ir con ustedes.
Nash lo miró negando. — Lo siento, una de ellas es mi futura novia.
— ¿Y la otra? —Nash me miró y con la mirada le pedí que no dijera nada.
—Es grande para ti hermano —hablé y el rió.
—No importa, quiero ir, no hay nadie en casa y no quiero estar aquí, escuché que irían a la feria, allá es diversión y acá aburrición.
—Te he dicho que no.
Hayes enarcó una ceja. —A mamá le gustaría saber que le paso a su amado jarrón, y la desaparición de objetos familiares, te suena, Houston, solo los dos, fiesta —enumeró con los dedos y yo reí, sabía chantajear a su hermano.
—Vamos.
Las chicas habían pagado sus entradas para la feria, por más que insistimos en que nosotros se las pagaríamos no accedieron, así que Hayes aprovechó la oportunidad e hizo que Nash le pagará la suya, Rachel iba a un lado de Nash, yo iba a un lado de Demi la cual estaba a un lado de Hayes.
— ¿A dónde quieren ir? —preguntó Hayes mirando todas las atracciones.
Todos nos miramos. —Tengo hambre —se quejó Rachel haciéndonos reír.
—Siempre tienes hambre —rió Demi y todos lo hicimos.
—Al contario de ti —Todos dejamos de reír y Demi rodó los ojos.
— ¿Quieren ir a comer o a los juegos? —habló Demi ignorando aquella mala broma.
—A los juegos —Hayes tomó la mano de Rachel y caminaron, Nash casi se abalanza sobre su hermano solo que yo puse una mano evitándolo.
— ¿A qué se refería Rachel? —pregunté cuando solo estaba con Demi, ella se sonrojo.
—Una mala broma, es que yo no tengo el apetito tan grande como el de ella.
—Seguro.
— ¿Ella no es Lynn Goodrich? —preguntó Hayes señalando a aquella hermosa chica.
Mierda.
—Sí —contesté.
Rachel se giró hacia nosotros soltando la mano de Hayes. —Odio a esa mujer —dijo con repugnancia, la miré incrédulo.
— ¿Por qué? —Nash me ganó la pregunta.
—Cada día esta con un chico diferente.
—Viene hacia acá —informó Demi alejándose un poco.
— ¡Cameron! —Lynn fue hacia mí abrazándome fuertemente, Rachel hizo un ruido de irritación. — Que milagro verte por aquí.
—Lo mismo digo —respondí fingiendo entusiasmo, miré por el rabillo del ojo a Demi, la cual miraba hacia un lado opuesto a nosotros.