Pretty you 》HoZi/SoonHoon《

16.

Soonyoung imaginó que en cuanto Jihoon se le confesara, su reacción sería completamente diferente a la que realmente tuvo. Él se imaginó flotando en flores y corazones, pero en realidad había huido y evitado saber de él o hablarle en los últimos tres días. Se había aislado sin contarle ni siquiera a sus amigos que era lo que realmente ocurría.

Jihoon por su parte sólo sentía una ligera decepción, ya que era lo que él realmente esperó desde siempre. Bueno, una ligera decepción era la forma de llamarlo para no preocupar a sus amigos. Se sentía emocionalmente destrozado, se había hecho unas muy altas ilusiones, había permitido que el muchacho se colara en lo más profundo de sí, ¿y todo para qué? Para que luego se fuera destruyendo todo lo que había creado.

-No pueden evitarse por siempre, ¿lo sabes, cierto?- Jeonghan se paró en el umbral de su puerta mirándolo con pesar. Era lunes, no podía faltar a la escuela por siempre. Jihoon simplemente asintió.- Y no es que me guste ser tu portador de malas noticias pero también están en un proyecto juntos y no creo que Jun, Minghao y Chan deban pagar por sus desacuerdos.

-Lo sé, sé que tengo mucho en el medio, pero ¿cómo pretendes que lo resuelva si cuando lo busco hace todo por evadirme? Mi dignidad fue pisoteada y arrastrada en el barro más veces de las que me gustaría admitir. No quiero recibir eso de él.

-Creí que sabías que no él no es así.

-Creía saber cómo era pero ya ves que me equivoqué. Creí que le hacía tanta ilusión saber el secreto que no le importaría de quién se trataba. Y estuve tan mal... pero bueno, hoy es un nuevo y productivo día y tengo cosas que hacer, así que si me disculpas necesito cambiarme.

Cuando Jeonghan estuvo fuera de la habitación suspiró y miró a los demás negando con la cabeza. Jihoon estaba mucho más herido de lo que pensaban.

...

Sabía que sus notas estaban terriblemente bajas y que si no comenzaba a preocuparse, tendría que pasar las últimas dos semanas corriendo como desquiciado intentando conseguir créditos y quedar bien con los profesores. Pero en este momento, esa era la menor de sus prioridades, ni bien entró al establecimiento escolar, se dirigió a la sala de música. Tenía una nueva idea para su proyecto y debía ponerse a trabajar cuanto antes si quería incluirlo en la presentación.

Una nueva canción en la que estuvo trabajando los últimos tres días, inspirado en el amor y cuidado que había recibido por parte de sus amigos. Sabían lo mal que se sentía a pesar de que no era la gran cosa, pero de todas formas ellos lo habían cuidado con tanto amor y paciencia que por momentos se sentía idiota creyendo que una canción era suficiente para saldar todo aquello.

Después que estuvo lo suficientemente acomodado, organizó sus partituras y se permitió por fin sentir. Amor, gratitud, felicidad, eran sus emociones más frecuentes cuando de su grupo de amigos se trataba.

-A veces sin saber por qué, últimamente pensamientos como éstos sólo siguen apareciendo. Tú, quien es feliz y hermosa de esta manera, y nosotros, que lo estamos haciendo bien hasta ahora. Nosotros, que somos así, si algún día nos separamos, ¿qué debería hacer? Por supuesto eso no va a pasar pero, realmente no me gusta tener tales imaginaciones, pienso sobre ello a veces, espero que nunca tengas pensamientos como estos. Porque estamos juntos soy capaz de sonreír, y por ti soy capaz de llorar, aún así, no hay nada que no pueda hacer, siempre y dónde quiera que estés, incluso si no podemos estar juntos, tengamos una risa alegre, seré la primavera de tus sonrisas...- cantó tranquilamente hasta que las emociones comenzaron a ser demasiado para él.

Jihoon naturalmente no lloraba, jamás. Pero estaba tan agobiado, ni siquiera era capaz de recordar cuando fue la última vez que se sintió de ese modo. Y entonces lloró. Lloró por sus padres que lo dejaron ir solo a Seúl cuando su adolescencia recién comenzaba teniendo total fe de que encontraría su destino, lloró por sus maravillosos amigos, las mejores personas que había conocido y no creía merecer, lloró por su miedo a perderlos y volver a estar solo. A veces podía quejarse de ellos pero prefería su alboroto a estar abandonado nuevamente.