Pretty you 》HoZi/SoonHoon《

Especial: Jihan

Joshua y Jeonghan se habían hecho amigos, como la mayoría de los buenos clichés, en primer grado de la escuela primaria.

Fue casi inevitable para Jeonghan no sentirse curioso por el niño que hablaba coreano de forma extraña, así como Joshua no entendía porqué había un niño que tenía el cabello largo.

Jeonghan le había dicho que era porque le gustaba aunque a veces era difícil peinarlo, Joshua le contó que venía de Estados Unidos, al parecer un país tan lejano que tenía que viajar en un avión que iba por encima del océano y que aunque había aprendido coreano desde bebé, aún era difícil.

Entonces Joshua le dijo que cuando le resultara difícil, peinaría y arreglaría su cabello por él. Y Jeonghan le prometió ayudarle cada vez que el idioma le resultara complicado.

Cuando Joshua confesó que su nombre coreano era Jisoo, muchos niños se burlaron de él diciendo que era nombre de niña. Pero Jeonghan permaneció firme a su lado defendiéndolo de todos y secando sus lágrimas.

Todas las tardes se reunían a jugar sin falta. Su rutina siempre era la misma: llegar, tomar la merienda, hacer la tarea y luego pasar el resto de la tarde viendo dibujos animados o jugando con sus muñecos.

Algunos días, cuando eran buenos, podían hacerlo en la casa del pelilargo. Pero cuando eran días malos, Joshua no dudaba en tomar la pequeña mano de Jeonghan y llevarlo corriendo a su casa donde sabía que estarían a salvo.

-Jisoo ya no quiero volver a casa.- confesó el castaño entre lágrimas escondido bajo la cama. Ése era su lugar especial, donde se confesaban sus más íntimos secretos infantiles.

-Tranquilo Hannie, le pediré a mamá que te quedes a dormir y puedes usar mi ropa.- lo consoló el otro con un tierno abrazo.

-Eres mi mejor amigo, Soo.

-Y tú el mío Han.

-¿Vas a dejarme algún día?

-Siempre estaré aquí, para protegerte de los monstruos y los problemas de los mayores.- susurró en respuesta animando al contrario a salir de su escondite para hablar con su madre.

Los años pasaron y aunque ya no eran los pequeños de abajo de la cama, seguían siendo inseparables amigos.

A los 13, las hormonas comenzaron a florecer y por ende, el interés en tener pareja. Jeonghan tenía los ojos fijos en un chico de una clase avanzada que de vez en cuando veía por los pasillos, y Joshua... él creía que todo eso era una pérdida de tiempo.

Un día, muy de repente, Joshua le volvió a pedir a Jeonghan hablar debajo de la cama, tenía un secreto que confesar. El pelilargo quería protestar ante la infantilidad de ese acto pero viendo la urgencia de su amigo, decidió callar y obedecer su voluntad.

-¿Qué ocurre? ¿Mataste a alguien?- Jeonghan de 14 años amaba ese tipo de bromas en momentos serios, Jeonghan de 18 no sería muy diferente.

-No seas tonto.- suspiró profundo el castaño.- Tuve mi primer beso.- Jeonghan sonrió en grande.- Pero no me gustó Han. Esa chica sólo se me estaba declarando, y de repente se abalanzó sobre mi y me besó. Yo ni siquiera la quiero y realmente esperaba que fuera con alguien a quien quisiera, y ahora está arruinado.

Estaba claro para Jeonghan como su amigo contenía las ganas de llorar, él mejor que nadie sabía lo mucho que le importaba que todas sus primeras veces en el ámbito amoroso fueran con alguien a quien quisiera.

Jeonghan lo meditó unos segundos, Jisoo era su mejor amigo y vendería sus piernas con tal de obtener su felicidad.

-Soo.- Joshua levantó la mirada confundido ante la mención de ese apodo que llevaba un par de años sin oír.