Capítulo 2

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Ira.

Ahora todo tenía sentido, el porque mi celo llegó tan de repente, las palabras de Madame Pomfrey, el hecho de que todo ocurriera cuando lo mire a esos endemoniados ojos de plata líquida y explique el porque no quise separarme de él ni me sentí atraída a nadie más que no fuera el rubio petulante.

¡DEMONIOS! ¡Es Malfoy! ¡La persona que hizo mi vida escolar miserable durante años! ¿Es que la vida se burla de mi? ¿Cómo diantres estaremos juntos si nunca hemos tenido ninguna conversación en la que no nos estemos ofendiendo cada 10 segundos? Es una estupidez.

Entré hecha una furia rumbo al comedor ignorando las miradas de las chismosas personas sin vida propia y tiré el gran libro rojo justo frente a Ginny haciendo que toda mi mesa quedara en silencio observandonos.

-¡Ya lo he pillado!

-¿No podías "pillarlo" sin ensuciarme?-Gritó molesta limpiándose inútilmente las manchas de comida.- Agh, genial, me debes una camisa blanca nueva.

-Página 137.- Di pequeños golpecitos sobre el libro mientras me sentaba frente a ella bufaba buscando la página.

-Maldita sea Mione, es la página que te leí.- Hizo el amargue de cerrar el libro.

-Espera, dos párrafos abajo, eso me hizo comprenderlo todo.-Empezó a leerlo en silencio pero me desesperé y continúe.- Se supone que mi destinado no lo es porque la vida me odia o porque se le dió la gana, según este libro, es mi destinado porque es la persona ideal para mí.

-¿Tardaste media hora en captarlo?

-¡Es que es una locura!- Puse mi frente sobre la mesa y mis brazos sobre mi cabeza con frustración.

-¿Qué es una locura?- Levanté la cabeza para ver a una tensa pelirroja que parecía querer salir corriendo, sabía de quién se trataba.

Harry se sentó a mi lado y en cuanto se percató de la presencia de Ginny, se puso notoriamente nervioso. Disimular no es una de las cualidades de Harry.

-Hey.

Ginny sonrió, por primera vez en semanas ellos hablaron, hasta yo me siento un poco alegre, si tan solo lo de mi miserable destinado no opacada todo.

-Hey.- Le contestó haciendo que Harry se relajara al instante.

-¿Qué tal todo?

-Sigo viva, es un avance, ¿No?

Harry asintió sonriéndole aún más, con cariño, con la misma sonrisa que tenían siempre que estaba juntos.

-Hola Ginny, hace mucho tiempo que no te veía, ¿Estabas enferma?- La soñadora voz hizo que todos nos tensaramos.- Aunque algunos dicen que tal vez tenías tú celo.

-No, Luna, los Betas no tenemos celos.- Ginny se estaba controlando, lo sabía, ella no la odia pero es difícil todo esto.

-Oh.- Por un momento su sonrisita cayó en una mueca triste, pero se recompuso casi al instante.- Bueno, entonces no necesitarás mis supresores, creí que estabas en celo entonces vine a regalarte algunas pastillas, es posible que mi celo se adelante, las traigo por si acaso.

Harry carraspeó nervioso al ver como la sonrisa de Ginny no volvía.

-Hablando de celos, ¿Cómo te sientes Herms? Pensé que estarías descansando en la enfermería.

-Madame Pomfrey me dió una botella de supresores para mantener mi celo a raya.- Dije, intentando, al igual de Harry, que la conversación tome un rumbo menos peligroso.

-No sabía que estabas en celo.- Dijo Luna, sentándose a un lado de Harry, lo que provocó que Ginny inhalara aire con sorpresa.

-Comencé está mañana, fue muy repentino de hecho.- Me sonroje, no era mi celo el tema más entretenido.

Tú eres mi destinadaWhere stories live. Discover now