Capítulo 20

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Draco POV

Había pasado tan solo un mes desde esa noche, un mes separado de Hermione, tenía bien en claro que había sido un completo idiota, pero tenía miedo de ver la cruel realidad, un bebé iba más allá de cualquier otro obstáculo que se pudo haber atravesado.

Crucé la sala de estar de nuestra torre hasta las escaleras, estaba molido de tanto entrenamiento, últimamente así pasaba mis tardes, entre clases, entrenamientos y algunas súplicas hacia la castaña que me ignoraba olímpicamente.

Un bebé.

Cuando me imaginé por primera vez la posibilidad de formar una familia fue con un par de cabecitas castañas con mejillas llenas de pecas corriendo entre los jardines de la mansión Malfoy. Tal vez un bebé rubio en brazos de Hermione o alguna preciosa niña leyendo hasta el cansancio en la biblioteca, esa era mi imágen de una familia perfecta y lo más importante era que Hermione estaba en ese futuro. En esa posibilidad.

Un olor me llegó a la nariz, tristeza pura, había aprendido a vivir este último mes con el enorme dolor de Hermione en mi pecho, el ser parejas destinadas me permitía sentir un poco lo que ella sentía, pero como no la he marcado todavía no eran sensaciones tan fuertes, de cualquier manera su dolor era mi ruina.

Acerqué mi oído a su puerta solo para escuchar la misma sintonía de cada noche, un llanto desconsolado y muchos lamentos, una y otra vez de su boca salían preguntas que quería contestarle, escucharla decir que no había sido suficientemente bonita o como se culpaba por todo solo me hacía sentir más mierda de lo que ya me sentía.

Todas las mañanas la perseguía, en cada clase, cada oportunidad que teníamos, cada mirada en la pasillo, siempre me encontraba constantemente pendiente de ella, incluso más de una vez al día intentaba hablarle, pero su escolta de perros rabiosos me lo impedían, y si no eran ellos era la castaña quien me pedía que me fuera. Se mostraba tan fría y tan dura frente a todos, intentaba mostrarme que era fuerte, que no quería volver a verme.

Tonta ratona, si supieras que te escucho llorar hasta dormirte cada noche.

Me recosté en mi cama intentando recordar cómo me había metido en este enredo pero no podía, se que muchas veces fui algo descuidado, pero ¿Olvidar el haberme acostado con alguien como Astoria? Eso me superaba.

Repetí en mi mente cada recuerdo que tenía con ella pero simplemente no pude, ¿Como había pasado esto? ¿En qué momento había pasado de ser el novio de Granger al futuro padre de el hijo de Astoria? Me sentía acorralado, ni si quiera quería formar parte de la vida de ese niño, estoy seguro que, el solo verlo me haría recordar lo estúpido que fuí y el como mi estupidez me hizo perder al amor de mi vida.

[...]

—¿Y que quieres que te diga? Si has sido tú el que ha echado todo por la borda, es más que obvio que ella no quiere hablar contigo, deberías dejarla en paz por un tiempo.— La pelirroja siguió revisando la puerta, esperando que nadie entrar y nos viera juntos.

Desde la noche en que Hermione me dió calabazas, la leona había aceptado reunirse conmigo en un salón abandonado que ahora era ocupado como bodega, nos reuníamos algunas veces con Blaise y Theo para acordar algún plan, pero la mayoría de las veces nos íbamos con un mal sabor de boca al saber que no podíamos hacer nada.

—¿Esperas que me quedé aquí sentado sin hacer nada mientras mi alma gemela se aleja para siempre?

La leona rodó los ojos molesta, algo en ella estaba mal hoy, parecía harta, como si estuviera a punto de explotar, pero me daba la impresión que lo que la tenía así de molesta era totalmente externo a mi o a Hermione.

Tú eres mi destinadaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن