Capítulo 8

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—Si no te vas ahora vas a llegar tarde.

—No va a ir Theo, estoy seguro que no irá.

—Hermione siempre cumple con su palabra.

—La hice enojar mucho ayer, ni si quiera sé porque se enojó pero lo hizo.— Ya se nos hacía costumbre esto. Yo acostado en mi cama viendo al techo como si fuera lo más interesante del mundo, Theodore leyendo un libro en el escritorio y Blaise vagando por cualquier parte de la habitación.

—¿Se dan cuenta que ella dijo "en la tarde"?— Nuevamente lo ignoramos, como habitualmente hacemos.

—¿A qué le tienes miedo?

—A que devore mi alma tal vez.

—No, las mujeres no hacen eso, pero te quieren para cosas peores.

—¿Cómo cuál?

—Pues para que las escuches.

—Para que las escuche, ¿Y?

—Nada más, no quieren que resuelvas sus problemas o te hagas el héroe, quieren que las escuches y que te importe.

—Ella dijo "después de clases" y luego "por la tarde", ¿Ella sabe que hay muchas horas definidas como "tarde" y un montonal más en el término "después de clases"?—Continuó balbuceando el moreno.

—Suena fácil.— Le hablé a Nott.

—¡Pero no lo es!— Dijo soltando una risotada.— Si las escuchas y creen que no te importa se molestarán mucho, y ahí sí que devorarán tu alma.

—No lo entiendo.

—¿Qué, Zabini?

—Estoy aquí escuchándolos hablar como dos mujeres y no entiendo cuál es el problema.

—Theo es él que está hablando del tema, yo solo lo escucho.

—¿Y te importa?— Me preguntó.

—¿Crees que me importa?— Quise golpearme al darme cuenta que le contesté con otra pregunta.

—¡Más vale que te importe!— Gritó girando para verme.

—¡Me importa!— Le contesté firme.

—¿Así es como la escuchas?

—Pues sí.— El castaño me analizó unos momentos y despues giró volviendo a lo suyo.

—Pues no devorará tu alma pero puede que terminen liados.

—Eso no ocurrirá, créeme.— Le afirmé, levantándome por fin la de la cama.

—¿Qué haces?— Blaise me miró extrañado al verme avanzar hacia la puerta.

—Quedé con Granger en un lugar, ¿Recuerdas?

[...]

Caminaba de un lugar a otra con nerviosismo, ¿Tan enojada estaba conmigo que me iba a dejar plantado?

Pfff, da igual, como si me importara.

—Hola.— ¡Sí vino!

—Hola, creí que no vendrías.—Intenté parecer calmado y sentarme en la roca dejándole un espacio que ella encantada, claro está, llenó al sentarse.

—Yo siempre cumplo mi palabra.— Pudrete Nott.

—¿Estás enfadada conmigo?

Tú eres mi destinadaWhere stories live. Discover now