Capítulo 23

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—Debes estar bromeando.

—Oh vamos santurrona, solo quítate la ropa, te gustará esto.

—No estoy segura de que sea lo correcto, ni si quiera estamos preparados.

—Confia en mi, te sentirás mejor cuando empieces a desvestirte y me hagas caso.— Draco se quitó la camisa  de rápidamente sin ningún rastro de pena.

—¿Qué pasa si alguien nos ve?

—Nadie lo hará.— Se quitó el pantalón y los zapatos quedando en ropa interior.

—¿Me lo prometes?

—Lo prometo, ahora ven, el agua debe estar buena.— Se metió en el lago hasta sumergirse completo.— Confía en mi, el agua está más que buena.

—Sigo creyendo que debimos traer mínimo toallas o algún cambio de ropa.— Le regañé mientras me quitaba la ropa detrás de un árbol hasta quedar en ropa interior.

—No sería divertido si no se me hubiera ocurrido de la nada, tu misma lo haz dicho, algunas cosas son mejores cuando no son planeadas.— No podía ver su cara desde donde estaba pero sabía que estaba sonriendo tontamente, más aún porque tenía razón.

—Cuando lo dije no pensaba en sumergirnos a nadar en ropa interior.

—No hay nada de lo que avergonzarse.

—Alguien podría vernos y el rumor se malinterpretaria.

—Solo cállate y entra a nadar conmigo o voy por ti.

—¡Ya! Ya estoy.— Recogí mi ropa y zapatos mientras asomaba mi cabeza por un lado del arbol.— ¿Podrías girarte?

—¿Crees que hay algo de tu cuerpo que yo no haya visto?— Alzó una ceja divertido y tuve la sensación de querer lanzarle un zapato.

—¡Draco! Lo dices como si me hubieras visto totalmente desnuda.

—Pues en ropa interior si que te he visto.

—¡Solo hazlo, porfavor!

—¡Bien!— Alzó las manos en forma de derrota girandose.— Que mandona.

Dejé mi ropa perfectamente doblada justo a lado de la suya que había aventado sin molestarse en ponerla en un mismo lugar.

Caminé nerviosa hacia donde él estaba, si bien ya no era verano, aún había días calurosos y hoy fue uno de ellos. Poco a poco mientras caminaba hacia el rubio El agua me fue envolviendo hasta darme a la barbilla, claro que a él le faltaba para que si quiera le tapara los hombros.

—Ya puedes voltear.— Nerviosa puse mi mano en su hombro para hacer que me viera y en cuanto lo hizo rodeo mi cintura bajo el agua con sus brazos y me atrajo hacia él.

—Tan preciosa como siempre.— Me sonrió embelesado mientras yo le acariciaba la mejilla. Había escuchado perfectamente las palabras que no había dicho "tan preciosa como aquella noche".

—¿Y ahora qué?

—¿Alguna vez haz estado en el fondo del lago?

—¿Te recuerdo el torneo de los tres magos?

—Me explicaré mejor, ¿Haz visto el lago desde el fondo?

—Hay criaturas marinas peligrosas.

—Eso no fue lo que pregunté Hermione.

Miré la profundidad dónde apenas y podía percibir nuestro torso y me aferré más a Draco.

—No.— Solté temerosa por lo que se le pudiera ocurrir.

Tú eres mi destinadaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon