Capítulo 3

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Negociación.

¿Cómo puede hablarme así? ¿Cuál es su maldito problema? Está bien, estaba molesto, pero yo no tenía la culpa de cualquiera que fuera su estúpida desgracia.

Espera, más bien, ¿Qué me pasa? Después de todo es Malfoy, no deberían de afectarme, ¿O sí?

—¿Herms? ¿Estás bien?— Le oí decir a un muy preocupado Harry.

—Sí, es solo que...

—Tranquila, él no lo decía en serio.— Sonrió Luna.

—¿Qué?

—Lo sé, lo ví en sus ojos, él...

—Luna.— Interrumpí.— No me importa lo que él diga o haga, es un maldito cretino, lo sabemos todos, no merece ni merecerá jamás un poco de mi amor.— Me dí la vuelta y salí a paso lento.

—Vaya, sí son el uno para el otro, ¿Porqué no se dan cuenta?— Fue lo último que le oí decir a Luna antes de doblar por el pasillo.

Seguí caminando sin rumbo fijo, ya no estaba molesta, toda la furia que tenía dentro de mí se fue conforme me fuí relajando, hacía demasiado calor, faltaba muy poco para terminar el año, los exámenes ya habían pasado, en unas semanas ya estaríamos de vacaciones con nuestras familias.

Demonios, mi familia.

Me dirigí al lago negro, por lo general a esta hora de la tarde corría un viento de lo más satisfactorio.

Mientras más avanzaba no podía dar con las palabras adecuadas para decirle a mi familia que encontré a mi destinado, y peor aún, que era Draco Malfoy, quiero decir, no puedo llegar con un: "¡Hola mamá, papá! ¿Cómo han estado? Yo estoy que me lleva el demonio, he encontrado a mi pareja destinada, sí, emocionante, ¿No? Ah, otra cosa, ¿Se acuerdan del niño rubio y mimado que me ha hecho la vida escolar de lo más miserable? ¿Sí? Qué bien, pues, él es mi destinado, ahora, si me permiten, me iré a la madriguera a pasar las vacaciones, que estén bien."

Sí, bueno, podría cambiar tal vez algunas cosas.

Hablando de familia, ¿Malfoy ya les habrá avisado a sus padres de este vergonzoso hecho? ¿Cómo reaccionarán al saber que su precioso y único hijo está destinado a una hija de muggles? Eso sí sería algo divertido de ver. Estoy segura de que estarán dando brincos de alegría.

—¡Hermione!

Era Ginny, quién corría hacía mi.

—¡Hey, hola!

—¿Dónde diablos te metiste pequeña sanguijuela? ¡Me dejaste tirada con mi ex novio y su destinada!

Y como si de un balde de agua fría se tratara, la penosa situación de Ginevra Weasley regresó a mi memoria, es cierto, la había abandonado a su suerte.

—Ginny, por Merlín, perdóname, se me olvidó completamente.

—Me he dado cuenta de eso, estás perdonada.— Lanzó una manzana roja al aire que cayó en mis manos que estaban en mi regazo.— Con todo el alboroto no te dió tiempo ni de probar la chuleta ahumada, no es carne, pero fue lo único que pude tomar antes de que Harry empezará a ver a Luna como si de una diosa se tratara.— Ella sacó otra manzana y sin verme se recargo en el árbol y la mordió.

—Al menos no se muestran melosos.

—Eres buena haciendo sentir mejor a los demás.

—¿Qué pasó después de que me fuí?— Ginny dió un pesado suspiro y se sentó a mi lado tragando lo poco que había mordido de la manzana.

Tú eres mi destinadaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora