13: Cacería

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Bélgica, 1 de Marzo, 1941.

En el cuartel del ejército las cosas estaban algo movidas, Eric veía como varios de sus compañeros de pelotón corrían agitados de un lugar a otro mientras que se preparaban para ir a combate en uno de los países vecinos.

El por su parte se quedaría allí debido a una lesión en su brazo izquierdo, cosa que agradecía profundamente, en los últimos días se había visto en una situación realmente tensa, la paranoia lo estaba embargando de a poco, no sabia en quien confiar, y eso, junto a la constante sensación de estar siendo vigilado por aquel soldado llamado Fritz no le daba buena espina.

En ese tiempo no había vuelto a ver a Adrianne, cosa que lo atormentaba, tenia una idea de que había sido de la chica en el lapso que estuvo desaparecida, cosa que en realidad no lo hacia sentir mejor.

Y además de todo estaba aquella conversación entre ella y ese tal Charles, no conocía a ese sujeto, ni siquiera sabia como lucia, pero una profunda incomodidad lo embargaba con respecto a ese sujeto; no sabia quien podría ser de entre los habitantes de la base, podría ser cualquiera, podía estar usando un nombre falso y ser quien lo estaba vigilando, mas no lo sabia.

Aquella situación era demasiado inquietante.

Un suspiro escapó de sus labios al tiempo veía de reojo como a lo lejos Fritz lo vigilaba.

El alemán tenia los ojos entornados viéndolo con sospecha, lo sabia, sabia reconocer esa mirada en donde fuera, ese hombre sabia que el estaba enterado de algo, algo grande, y que sin embargo mantenía la boca cerrada.

Pero ¿Por qué lo hacia? Pues por que se trataba de la hermana menor de su mejor amigo fallecido, la había visto crecer, la había visto convertirse en una señorita, y le tenia un gran cariño.

Fácilmente podría abrir la boca y decir todo lo que sabía sobre la verdadera identidad de la muchacha y de lo que hacia allí, sobre su acompañante y el bando para el que estaba trabajando la rubia, mas sin embargo no lo hacia, prefería poner en riesgo su propia vida, su integridad, su bienestar físico y su reputación por esa chica, por que lo que había iniciado como un amor fraternal había crecido y había cambiado a un amor completamente distinto, uno mas profundo e íntimo, aunque el mismo no lo supiera todavía.

Un suspiro de frustración escapó de sus labios mientras que observaba el tazón de avena frente a el.

Una vez más miró de reojo al rubio, quien preparaba sus cosas para ir a la batalla, dentro de unos días ese rubio regresaría a sus funciones habituales en Alemania y hasta entonces el dolo tendría que resistir.

Si, solo eso, solo debía evitar que el rubio averiguara que es lo que el estaba escondiendo hasta que se fuera de allí, entonces podría encontrar a Adrianne, sacarla de ahí y ver como solucionaba las cosas.

Hasta entonces debía mantener un perfil bajo.

Un suspiro escapó de sus labios una vez más mientras que veía a los demás marcharse.

— Tranquilo soldado -escuchó de parte del rubio- en cuanto te mejores del brazo podrás regresar a la acción... Porque supongo que es por eso que luces así ¿No?

El castaño abrió la boca, sin embargo, antes de que pudiera responder algo escuchó un pequeño alboroto.

— ¡Capitán!

Un soldado entró corriendo al salón llamando la atención del antes mencionado, llevaba un papel en manos, estaba agitado, sudado y claramente alterado.

— ¿Qué sucede? -cuestionó el mayor.

— Mensaje urgente de París, hay noticias sobre Dupaing.

Historia de un amor prohibido.Where stories live. Discover now