4

2K 340 25
                                    

Para sorpresa de Yoongi y Jimin, la pequeña pelinegra aprendió una gran parte de los nombres de las flores que la rodeaban en su andar, incluso se atrevió a ayudar a algunos clientes con dudas. Si no estaba en la zona húmeda, aparecía en la zona solar.

Yoongi cuidaba de ella, le echaba un ojo cuando no la veía dentro de su radar, a veces la encontraba jugando con Jimin en la caja. Esa pequeña era energética. Aún no sabía cómo explicarle a los chicos o a Joy acerca de su hija, todos estaban al tanto de la desgracia pasada con Hoseok, sabía de antemano que estarían en contra en un principio pero quizá al final terminarían aceptado como él lo hizo.

Las horas pasaron más rápido de lo normal, tomaron un almuerzo juntos y después siguieron con su trabajo. A partir de las ocho de la noche, los clientes comenzaron a desvanecerse, uno tras otro hasta dejar Fresia como un local fantasma donde las flores comenzaban a cerrar sus pétalos y recibir la luz de la luna.

Yoongi terminó de limpiar las últimas macetas de la bodega. Movió su cabeza de un lado a otro no sorprendiéndose de los crujidos saliendo de sus huesos. El día fue pesado, comenzaba a entrar a otoño por lo que las flores dejaban caer sus hojas secas sobre el suelo, haciendo más difícil la tarea de limpiar. Limpiando su frente del sudor, caminó hacia la entrada. Al llegar vio a Jimin acariciar el cabello de una pequeña acostada sobre su regazo, le escuchó incluso cantar por lo bajo, lo hacía bastante bien. Al llegar a su lado, su empleado posó su dedo índice sobre sus labios obligándolo a tragarse sus preguntas acerca de su canto. Bajó la mirada hacia Yeri, quién estaba dormida.

-Hace unos minutos que se durmió- Aseguró Jimin en un susurro. -Estaba tan cansada.

Yoongi suspiró.

-Es hora de ir a casa.

El pelinegro se acercó a su casillero para quitarse el mandil y ponerse una playera limpia. Se acercó a Jimin.

¿Qué debería hacer? Nunca cargó una bebé antes.

El joven rubio debió ver su expresión asustada pues se puso de pie con la pequeña en brazos y la entregó a su mayor. Yoongi la recibió, no pesaba más de veinte kilos, quizá pero ver su rostro tan pacífico y su olor a fresas le relajó de cierta forma.

-Es un ángel- Murmuró el rubio yendo a su casillero. -Aún no entiendo como es que es su hija, Hyung.

-Es mejor que guardes silencio antes de que tu sueldo se covierta en ceros.

Jimin se encogió de hombros, aún más cuando escuchó un grito viniendo de la entrada.

-¡EHHH! ¡¿DÓNDE ESTÁN MIS CHICOS FAVORITOS?!

En la entrada, apareció Jin alzando los brazos como recibiendo la energía del lugar, vistiendo un traje negro hecho a la medida, balanceándo su maletín con gusto.

Yeri despertó tras el tremendo grito, tallándose los ojos buscó con el ceño fruncido el origen. Se sentía desubicada, buscó a su papi Hoseok, pero al ver a Yoongi cayó en cuenta donde estaba.

Yoongi gruñó, pues Jin acababa de despertar a Yeri e interrumpir la vista de la misma.

-¿Siempre tienes que entrar haciendo escándalo?

-Oh vamos, parece que odiaran mi presencia... -Diría algo más, aunque sus grandes orbes café cayeron con sorpesa sobre una pequeña pelinegra. -Y... ¿Quién es la niña?

Jimin se acercó a tiempo para escuchar la explicación de Yoongi.

-Vamos a mi departamento. Tengo muchas cosas que contarles.


[...]


Yoongi observaba a Yeri dormir en su cama, envuelta en las sábanas, usando una pijama de colores, abrazando su peluche. Una tierna imagen.

NUESTRA HIJA【YOONSEOK】Where stories live. Discover now