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Pasó alrededor de una semana.

La recuperación de Hoseok se debió a su desesperación por volver a casa y buscar a Yeri. Su pequeña era el único motivo para seguir vivo, sin ella seguiría medio muerto, atado a una camilla fría, escuchando la máquina a su lado anunciando los segundos de su muerte.

Por supuesto, su médico, Kim Taehyung, le reprochó tan repentina decisión. Sus tratamientos seguían en pie, estaba entrando a la fase dos, llamada consolidación, con el fin de eliminar las células leucemicas que restaban en su sangre que no se pueden ver debido a que son muy pocas, como pequeñas motas de polvo esparcidas por todo su cuerpo. Se administraría por tres ciclos, al ser exposiciones a rayos poderosos, el paciente saldría agotado de ello, para eso se le daba un descanso. Todo esto conllevaría la segunda fase del tratamiento de Hoseok, aunque con la recaída que tuvo hace unos días, volvió a comenzar con el proceso de inducción. La recuperación fue bastante rápida porque su cuerpo ya estaba acostumbrado a recibir los medicamentos, aunque Kim no deseaba que Hoseok pausara su tratamiento para arreglar las cosas con su hija. Entendía que un hijo lo era todo, pero qué caso tendría si al final abandonaba el camino de la vida mucho antes de disfrutarla. Mas la decisión de su paciente ya estaba hecha, solo le quedaba esperar a su siguiente cita.

Hoseok estaba más delgado, la dieta no le favorecía en nada, debía ingerir alimentos libres de grasa, fríos y sobre todo pescados, claras de huevos, purés de verduras cocidas, frutas secas y licuados. Echaba de menos una buena hamburguesa jugosa y caliente, una soda, papas fritas, pizza, pollo frito, algo de alcohol, mas debía acatar las reglas de su dieta, aunque eso le hicieran parecer una versión enferma de sí mismo. Detestaba verse en el espejo y no reconocerse: ojos tristes, labios secos, piel pálida y que decir sobre la caída de su cabello. Cada vez que se peinaba con los dedos, era probable que algunos de ellos terminaran enredados en sus manos. No sentía miedo o tristeza de quedarse calvo, era un efecto secundario de los medicamentos y las quimioterapias de la fase dos. Estaba resignado a sacrificar la cabellera que tanto le costó cuidar, brillante y sedosa, en algún futuro sólo habría calvicie.

Pensando en eso y otras cosas más referentes a una chiquilla hermosa, llegó al departamento de Minho, necesitaba hablar con él, pedirle apoyo o algo por el estilo, le dedicó gran parte de su vida al servicio de su bienestar para que se tomara el atrevimiento de serle infiel, al menos que le pagara con algo. Admitía que sentía miedo de su reacción, pero qué más daba, más golpes y gritos sobre lo mismo. El que no arriesga, no gana y estaba harto de tener que esperar con las manos extendidas algo que nunca llegó. Amor. Sentir amor propio era una de las cosas que siempre dejó atrás, mismo por lo cuál sufrió tantas cosas de parte de su aún esposo... Ya ni siquiera sabía si era correcto llamarlo con este término a esas altura.

Cuando pagó el taxi con el dinero regalado que recibió penosamente del doctor Kim, bajó y buscó el departamento correspondiente a su hogar, bueno, si era eso a lo que se llamaba una pocilga llena de lamentos y arrepentimientos.

Antes de entrar al lugar, tomó un respiro armándose de valor, hizo un pequeño discurso metal para enfrentar a Minho. Ensartó la llave y abrió con cuidado. La casa estaba en un silencio extraño, mas los sacos tirados en el sofá decían lo contrario. Uno de ellos lo reconoció, era el saco azul que Minho utilizaba los martes de reuniones, pero el otro no tenía idea de quién era. En la cocina, sobre la mesa, había una botella de vino y dos copas medio vacías. Con el corazón agitado, fue directo a la habitación que compartía con Minho, escuchó una conversación suave, la voz del hombre que amó nunca se escuchó tan bien. Armado de valor, abrió la puerta de golpe encontrándose con una escena bastante horrenda ante sus ojos.

Minho estaba teniendo sexo con un extraño en su cama, en la misma cama en la que dormía, donde le hacía el amor, donde compartieron buenos momentos.

NUESTRA HIJA【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora