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Chicas, alerta de Lemmon. Y como sé que todas son muy puras, se lo saltan... es más, lo censuro. 

n.n 

Mentira... 


—Si Levi ve esto, nos va a matar. —habla Furlan.

—No se va a enterar... ni siquiera se va a dar cuenta de que hubo una gotera. —murmuro sonriente mientras trato de cubrir el agujero con algún cartón. Al parecer en éstos dos últimos días ha estado lloviendo en la ciudad superior, algo malo para nosotros... incluso de los peores climas podría yo admitir. El lugar se vuelve húmedo y mil veces más frío, las casas se mojan y algunas veces se les caen partes como ahora, había una gotera en el techo.

Mis piernas temblaban levemente en el banco en el que estaba situada. Ya habían pasado dos semanas desde que Levi me dejó quedarme con ellos, he procurado que la casa quede impecable y he ayudado en lo que necesiten los chicos.

Cómo ahora.

—Y solo necesito algo con qué clavar esto... —estiro mi mano. Isabel me da una roca y con esa sujeto el pedazo de madera.

—Insisto, deberíamos esperar a que Levi llegue.

—Furlan, no seas tan pesimista. ¿Qué no ves que Akira ya lo arregló? —anima Isabel.

—Exacto. Ya lo arreglé. ¿Ves? —miro mi trabajo con entusiasmo. —Ahora solo queda recoger lo que... —no pude terminar, el pedazo de techo que estaba sobre mí se rompió en un enorme agujero, agua sucia cayó sobre mí dejándome helada en mi lugar.

—¡Akira! ¿¡Estás bien!? —pregunta Furlan.

—Mierda... Levi nos va a matar. —es lo único que murmuro.

—Y por su gesto, creo que sí lo va a hacer. —Isabel señala detrás de nosotros. Furlan giró su cuerpo mientras que yo me quedé estática en mi lugar.

—¡Levi! ¡Bienvenido! —habla Furlan nervioso.

Bajo del pequeño banco con cuidado y lento, escucho los pasos de Levi acercarse.

—¿Qué sucedió? —es lo primero que dice y la pregunta era para mí, pues se había situado frente a mi persona con un semblante de muerte.

Hago una mueca de nerviosismo.

—Lo siento... Quise arreglar una gotera pero la madera del techo ya estaba podrida de alguna manera y... —desvío la mirada. —Lo siento.

—Increíble... —le veo acariciar su sien con pesar. —Vete a asear, Isabel y Furlan recogerán el resto porque esa gotera en parte fue su culpa.

—¡Pero hermano...!

—Silencio. —ordena.

Hago una pequeña reverencia y me retiro de ahí al mismo tiempo que me voy quitando la ropa, lo que menos quería era ensuciar el resto de la casa de Levi.

Fui por una cubeta y la llené de agua, era increíble que alguien pudiera acceder a un agua más limpia que lo normal. Aquí abajo era muy difícil tener este tipo de cosas, incluso hay gente que no toca el agua en días.

Dentro del baño en una especie de regadera, deposito las prendas a un lado en un tambo con ropa, todo excepto mis bragas que me quedé puestas.

En cuclillas sujeto un trapo y lo remojo, entonces comienzo a quitarme toda la suciedad de encima.

Dos semanas habían sido suficientes para darme cuenta de la clase de persona que es Levi, y no por él exactamente, sino por la gente que lo rodea. Todos parecen quererlo mucho y sobre todo admirarlo, cuando hablaban de él, una sonrisa se dibujaba en sus rostros. No solo estaban agradecidos, estaban muy felices con él y eso me hacía pensar maravillas de su persona aunque su actitud fuera todo lo contrario.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now