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—Gracias por acompañarme. —hago una pequeña reverencia, Ángel asiente.

—Gracias a ti por aceptar mi invitación. —me guiña un ojo. —Salgamos de nuevo en otra ocasión.

—De acuerdo. — Ángel besa el torso de mi mano, y luego con su mejor sonrisa se retira subiéndose a un carruaje y yéndose.

Suelto el aire acumulado, qué estrés. Toda la noche llena de tantas indirectas, y para colmo ya no soporto estos malditos zapatos, así que aunque estuviera afuera de la posada, me los quité.

Entro al comedor y la campanilla de la puerta suena, aunque fuera tarde, este comedor se vuelve bar por las noches, todavía había gente por aquí.

Como todas las noches, caminé directo a los escalones para ir al segundo piso.

—Akira... —me llama la dueña del lugar, éramos amigas... Me acerco. —Alguien vino a buscarte.

—¿A mí? —no puedo evitar mi curiosidad. No esperaba a nadie. Ella asiente y señala la barra.

—Lleva aquí desde hace unas horas, ha estado tomando todo ese tiempo y por alguna razón parece que el alcohol no le afecta... —murmura pero ya no la estaba escuchando. Mi corazón comenzó a latir rápidamente al verlo a él sentado frente a la barra bebiendo, incluso seguía con su uniforme. Vino a buscarme.

Le entrego mis zapatos a la chica y me acerco a él mientras acomodo mi cabello, estaba tan nerviosa. Luego recuerdo que debía estar molesta con él...

Molesta.....

—Levi. —le llamo una vez a su lado. El moreno me mira, sus ojos recorren todo mi cuerpo, parecía que mi vestimenta no le agradó. —¿Qué haces aquí?

De un trago toma el shot, luego gira a verme.

—Vine a aclarar las cosas contigo. —explica. —Pero veo que tu la pasaste bien con tu amigo el rubio.

—Fui a cenar con él...

—Qué bien. —sacó de su bolsillo un par de billetes y los dejó sobre la barra. —Me voy.

¿Qué?

—Levi. —él ya estaba caminando directo a la salida y yo lo seguía por detrás. Salimos de la posada, ni siquiera me importó estar descalza. —¡Oye! —grito.

Levi dejó de caminar, me miró como si no le importara en lo absoluto verme ahí descalza, perdida, desesperada.

Respiro profundo antes de hablar.

—Maldita sea, Levi... ¿Por qué sigues conmigo entonces? —no puedo evitar sentirme derrotada, como siempre cuando se trata de él. —¿Solo viniste para hacerme sentir mal otra vez? —vuelvo a preguntar.

Levi no contesta, sin embargo retoma el camino pero ahora hacia mi persona, me quedo de pie esperando a que llegue frente a mí y me explique todo, en lugar de eso sus manos sujetan mi cuello con brusquedad y me acerca para robarme un beso. Ese instante en que sus labios saborearon los míos fue el paraíso, me besaba con brusquedad... con necesidad... introduje mi lengua y dejé que tomara el control.

Yo de él, lo necesitaba todo. Absolutamente todo.

Levi dejó de besarme cuando varias lágrimas recorrieron mis mejillas. Lo abracé.

Entonces habló: —Él no te haría llorar... ¿No es así?

Niego, aún llorando. —Pero yo a él no lo amo... —sujeto su capa. —... en cambio tú...no reconozco tus sentimientos... No sé qué quieres de mí.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now