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—¡Erwin! —Levi entra en la oficina donde Erwin se encontraba mirando el exterior por una ventana, giró a ver al capitán. —¡Déjame ir al muro Rose!

—Levi. —Erwin respira profundo. —¿Qué piensas hacer allá? ¿Irás a derrotar a los titanes? ¿Irás a desalojar a los habitantes del muro Rose? ¿Qué se supone que harás?

—Sabes muy bien qué pienso hacer. —Levi da otro paso cerca. — Akira está allá.

—Levi... —Erwin no sabía de qué manera podía explicárselo, creía que había encontrado en Levi a un hombre parecido a él. Solitario. Levi había dejado de ser su mejor arma llegando a considerarlo incluso como su mejor amigo, posiblemente el único que ha tenido en toda su vida pero, esa mujer de alguna manera complicaba las cosas.

Estando Akira, Levi saldría lastimado, ¿por qué? Él mismo estaba consciente de lo que su trabajo significaba y por eso abandonó el sueño de tener una familia para vivir por los titanes, pero Levi después de todas esas muertes no había soltado la idea de crear una vida lejos de todos los problemas que causaría la Legión de Reconocimiento. Todavía tenía la esperanza de ser feliz de esa manera.

—Sé lo que estás pensando. —Levi se lleva la mano al cabello sin saber qué hacer, su corazón latía con horror a mil por hora. —Siempre intento alejarla del peligro y suceden éstas cosas, fue lo mismo en Shiganshina, fue lo mismo en la Legión. No tienes ni idea de lo mucho que desearía no haberla conocido nunca. —admite algo que nunca diría frente a ella.

—¿Por qué lo dices?

—Porque sé que sin ella, mi rendimiento estaría totalmente concentrado en la Legión. Sin embargo, ya no puedo desechar lo que siento. La amo de verdad y por eso mismo te diré que si no me permites ir al muro Rose, buscaré la manera de ignorar tus órdenes e iré...

Erwin parece divertido con las palabras dichas por su amigo, al final vuelve a mirar a través del ventanal directo a la ciudad.

—Entonces sigue tus ideales, Levi. Ve a verla. —es lo único que responde. Levi hace una pequeña reverencia, agradecido con el comandante y el hombre al que tanto admiraba antes de retirarse.

Solamente está consciente de que no sabría qué hacer en caso de que Erwin le hubiera ordenado quedarse.


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—Resiste un poco más, Mike. —suplico conforme lo arrastraba entre las calles de Rose, caminaba por el lugar que más reconocía, las personas preferían alejarse de los dos soldados de la Legión quienes estaban heridos.

No logramos ni siquiera acercarnos al muro Rose, pero sí pudimos acercarnos a la ciudad industrial. Cargo a Mike el poco camino que faltaba, podía sentir su piel caliente, tenía fiebre y era probable que su herida siguiera sangrando.

—¡Ángel! —golpeo la puerta de su casa con esperanza de que me abra. —¡Ángel abre por favor!

Pero no estaba en casa, no podía esperarlo o Mike moriría. Dejé el cuerpo del soldado a un lado y empujé la puerta golpeándola con mi costado una y otra vez, las personas que pasaban por ahí murmuraban entre dientes lo horrible que era ver como un soldado de la Legión quería entrar a una casa. Utilicé la caja metálica de cuchillas para romper la perilla de la puerta de madera, volví a tomar a Mike para entrar a la pequeña casa de Ángel.

Reconocía el lugar como si fuera mi propia casa, había pasado bastante tiempo en Rose con Kimer y Alex, y muchas veces visitamos la casa de Ángel y convivimos los cuatro.
Ahora sólo quedamos dos.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now