23

889 108 30
                                    


—¡Sigan, sigan! ¡Akira apresúrate! —me grita el instructor Shadis sobre su caballo. El resto de nosotros corría bajo la lluvia con nuestras mochilas en la espalda.

Me sentía, a punto de morir. De por sí no podía dormir bien por las noches, con los entrenamientos de Levi la situación era peor. El día de ayer cumplí el último día de castigo con él, era tan extraño.

Varias veces se dedicaba a besarme durante mucho tiempo, ambos disfrutando de la soledad que el bosque nos brindaba. Luego le parecía tan fácil golpearme de esa manera en los entrenamientos... era tan extraño.

Una hora después por fin llegamos a la cabaña, ese sería el entrenamiento de hoy. Todos caminamos en dirección a las duchas del jardín, seguía lloviendo con fuerza.

Kimer palmeó mi espalda. —Creo que no podremos ducharnos, ésta lluvia es terrible.

—Tal vez debamos solo cambiarnos de ropa, mañana nos bañaremos. —comento. Al final el instructor dio esa indicación y nos mandó a cambiarnos de vestimenta a una seca.

Todos caminaban hacia la cabaña, yo me fui quedando hasta atrás, observando sus espaldas. Fue un día cansado.

—Buenas tardes, Capitán. —murmuran varias chicas con emoción.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, Levi venía en sentido contrario a todos nosotros con su capucha encima. Respondió con un movimiento de cabeza, mirando a todos los soldados... buscando a alguien.

Cuando su mirada dio conmigo solamente alivió su gesto serio, cambiándolo a uno de interés.

Seguro me veía patética con tantas heridas por los entrenamientos, empapada bajo la lluvia y pálida. Levi echó una mirada hacia atrás, pues todos los soldados ya estaban bastante lejos, quizá porque alenté más el paso.

Justo pasó junto a mí. —Ven. —ordena.

Tan obediente yo, también miré al resto de los soldados, ya no estaba nadie cerca. Di media vuelta y seguí a Levi con algunos metros a distancia.

El Capitán iba directo a su cabaña, dudé un poco por si el instructor me veía cerca. Levi subió los escalones de madera y abrió su puerta, me lanzó una mirada y entró.

Apresuré el paso, subí los escalones y entré cerrando la puerta detrás de mí.

Bajé mi capucha, estaba empapada. —Hola.

—Quítate la ropa antes de entrar. —señala, porque aunque él hubiera estado bajo la lluvia un rato, no estaba tan mojado como yo y lo que menos quería era empapar su despacho.

Levi entró por una puerta al fondo, donde era su habitación.

Me quito la capa primero, ésta pudo salvarme de estar más empapada de lo normal. Luego fui desabotonando mi camisa blanca transparente, al mismo tiempo bajaba las correas del uniforme. Fui dejando caer todas las prendas al suelo hasta quedar en ropa interior, esperé un poco más.

Levi regresó minutos después con una toalla para secarme, la tomé y tallé mi cabello.

—¿Qué hago con mi ropa?

—La pondré junto a la chimenea. —explica él tomando mis ropas por mí. —Ven.

Caminé detrás de él por el umbral de aquella puerta, pude apreciar su habitación tan reluciente y amplia, todo estaba tan ordenado y limpio, como él. Le veo quitarse la chaqueta y dejarla también en la chimenea junto a mi ropa, acomodó su cabello mojado hacia atrás con ambas manos, un gesto que me encantó completamente.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now