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-¡Aki! -me grita Ángel ignorando los chillidos de dolor de Alex y su pie. Pero no podía creerlo, y cuando su mirada gris buscó la mía con curiosidad, me agaché a tomar las cajas de nuevo.

-Espero que no se haya dañado el material. -comenta el comandante de la Legión junto al moreno que tanto conocía. Carraspeo mi garganta.

-No se preocupe señor, éstos dispositivos están hechos de bambú de hierro. Muy difícil de dañar. -mi voz sale más baja de lo normal, lo que menos quería era que Levi me reconociera.

-Muy convincente. -dice de vuelta. Voy y dejo las cajas a un costado. El señor Harkimo también estaba bastante serio, era peligroso que yo estuviera frente a soldados.

-¿Invitados? -murmura Ángel depositando la otra caja en otro lugar.

-Ellos son de la Legión, Ángel. Vienen por los equipos para la nueva generación. -explica el señor Harkimo.

De repente Alex también se había puesto nervioso, incluso me codeó el estómago.

-Oye... -me susurra. Lo miro. -¿Por qué ese hombre no te quita la mirada de encima

Mi corazón entró en pánico. Con miedo, giré mi mirada a Levi, éste me miraba casi con odio pero seguía habiendo duda en él. Mi cabello era diferente a como él siempre me ha visto, además de mi rostro lleno de polvo y tierra por usar el equipo tridimensional. Trago saliva.

Ángel parece captar la situación de la cual se enteró no hace mucho, así que carraspeó su garganta.

-Bueno, novatos. Pueden regresar al trabajo. Nosotros nos encargaremos de los invitados. -dice él rápidamente. Alex fue el primero en salir, y yo estuve a punto de hacerlo, pero...

-Oye mocoso.

Ya sabe que soy yo.

Ángel habló antes que yo.

-Capitán, con todo respeto... éste novato no ha hecho bien su trabajo éste día y debe ir a completarlo. -palmea mi espalda y me lanza una mirada de confianza. Levi no dijo nada más y tampoco lo miré, salí del despacho del jefe con piernas de gelatina.

No dejé hablar a Alex, el resto de la tarde estuve encerrada en la habitación compartida, estaba aterrada de que Levi me hubiera encontrado. Esperaba que se creyera la situación y no hiciera nada en contra de éstas personas.

Para colmo, la culpa cayó sobre mí como si no haber negado a Ángel fuera malo.

Por un lado estaba mi ángel hablando: Oh, Levi....

Por el otro, estaba mi diablito: Levi no quiso nada contigo, te rechazó y te abandonó... ¿Por qué sería traición?

Eso era cierto.

Kimer entró a la habitación, me buscó con la mirada hasta dar conmigo.

-Los soldados ya se fueron. -avisa. Suelto un suspiro de alivio. -Vi cuando partieron en el carruaje directo al muro María.

-Por un momento creí que me reconocerían y me mandarían a fusilar. -hago una mueca. Kimer se encoge de hombros.

-Te dije que debías cortarte el cabello.

Cierto, lo dijo.

Luego de Kimer, llegó Alex igual o más nervioso que yo, lo que menos quería era ver el cómo me mandaban a arrestar. Juraría que casi se pone a llorar ahí conmigo.

-Por un momento creí que te habían descubierto.

-Eso es lo peor, yo creí lo mismo.

Entonces una tercera persona entró a la habitación. Ángel estaba ahí de pie con su misma vestimenta que ésta tarde, algo tranquilo para entrenar. Suspira al verme.

Entregar el corazón. |Levi Ackerman x OC| |Premios Wattys 2019|Where stories live. Discover now