Capitulo 12: La Estrella.

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Adam

Mi cabeza aún mostraba imágenes de esta mañana, de mí lanzando fuego por los ojos. ¿Había sido eso un sueño? Probablemente sí, ya que hacer algo así es totalmente imposible. Además, había estado bajo mucha tensión estos días; tal vez mi mente solo me estaba jugando una mala pasada. Todo era demasiado confuso. Mi cabeza dolía, así que decidí salir a caminar un rato para respirar el aire fresco de la tarde. Cuando me levanté, observé que todavía había luz, aunque el sol no se veía por ninguna parte y el cielo estaba gris, anunciando la llegada de la lluvia. Había dormido sin camisa, así que me levanté y el frío suelo helado penetró en mis huesos a través de mis desnudos pies. Me dirigí al cuarto de ropa y saqué una camisa azul y unos pantalones para reemplazar los que tenía puestos. Luego, entré en el baño y me paré frente al espejo que estaba limpio. Mi reflejo se veía nítido, pero al observar detenidamente mi cuerpo, palidecí. Mi corazón volvió a latir con fuerza, y sentí que la sangre se congelaba en mis venas. Mi vista dio un vuelco, y me sostuve del lavabo para evitar caer al suelo de bruces. En mi hombro derecho había una estrella de cinco puntas, formada por dos triángulos, uno con la base hacia abajo y la punta hacia arriba, y el otro encima del primero, pero con la base hacia arriba y la punta hacia abajo. Ambos triángulos formaban la estrella, similar a la que había en las cercas y la puerta de la casa. Era algo escalofriante que no entendía en absoluto y solo hizo que el dolor de cabeza aumentara. Sin embargo, como todo ser humano, pensé en algo lógico. Posiblemente Aline había vuelto y me había hecho ese dibujo como parte de una broma. Pero yo sabía que no era así, y algo me decía que estaba relacionado con el incidente de la mañana. De repente, mi mente viajó unos días atrás, cuando Julian me preguntó sobre una marca. ¿Sabía Julian qué significaba esto? Algo me decía que sabía más de lo que debería y no me lo había contado. Sentía como si todo empezara a tener sentido; las cosas que decían y trataban de ocultar finalmente tenían sentido. El cosquilleo había disminuido levemente, pero aún sentía que faltaban piezas para que todo encajara, y seguía confundido.

Al salir por la puerta principal de la casa, el frío viento chocó contra mi rostro, desordenando mis cabellos, y el olor a tierra mojada anunciaba la lluvia que vendría en breve. Mi casa estaba en 67 Beverly Park Court, y mi destino era Tower Grove Dr, en un centro comercial cercano. Tal vez entrar a la librería me ayudaría a aclarar mi mente. Tomé un taxi, ya que mi casa estaba un poco lejos del centro comercial. Mientras iba en el taxi, pensaba en el evento de esta mañana. ¿Cómo era posible que hubiese hecho eso? ¿Qué significaba la estrella en mi hombro? Y la pregunta más importante para mí, ¿qué pensarían los demás si se lo contaba? Tal vez les asustaría, ya que las personas suelen temer a lo nuevo y diferente. Por la ventana, las gotas de lluvia comenzaban a trazar su camino, y los edificios, casas, árboles y personas se volvían una mancha borrosa. El resto del camino lo pasé cómodo, sin pensar en nada que me atormentara, hasta que nos detuvimos en una larga fila de autos. La poca luz desapareció, y el alumbrado público iluminaba las calles, al igual que las luces de los autos.

—Me bajaré por aquí —le dije al taxista amablemente.

—¿Seguro? Solo tengo que dar la vuelta —replicó, mirándome a través del espejo retrovisor.

—Sí, seguro. Caminaré desde aquí.

—Está bien, como gustes, jovencito —dijo, quitando el seguro de las puertas. —Cruza ese callejón que está por ahí y luego gira a la izquierda. Después de caminar unos minutos, encontrarás el centro comercial —aconsejó, señalando el callejón.

—Vale, muchas gracias.

Le pagué al taxista. Afortunadamente, la lluvia había cesado, pero el viento soplaba con fuerza y era realmente frío. A pesar de eso, nunca sentí frío de verdad, lo cual me ponía los nervios de punta. Me adentré en el solitario callejón que me había indicado el taxista, que estaba levemente iluminado por luces parpadeantes. A lo lejos, divisé a cuatro chicos, dos hombres altos y dos chicas. Solo podía ver que se dirigían hacia mí, pero no podía ver sus rostros claramente. Mi corazón se aceleró y mis instintos se activaron. Forcé un poco la vista para poder ver mejor, y entonces volvió ese calor en mis ojos, pero más suave. Lo extraño fue que mis ojos emitían luz, como si fueran linternas. Así pude distinguir mejor a los cuatro chicos, aunque estaban demasiado cerca y solo reconocí unas puntas azules. Rápidamente me detuve, cerré los ojos y coloqué mi mano sobre mis párpados.

Un Amor En Común 1 [COMPLETA]✅Where stories live. Discover now