Epílogo.

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Todo estaba tranquilo. Mi cuerpo yacía recostado en la cima de una rama de un árbol, observando las estrellas y sintiendo la fresca brisa de la noche, disfrutando de mi asombrosa inmortalidad. De repente, escuché pasos acercándose. Miré hacia adelante y, a varios metros de distancia, vi a un chico apuesto, alto, con cabello negro y piel pálida. Sus ojos ambarinos parecían los de un gato. Cuando estuvo justo debajo de mi árbol, me deslicé sigilosamente hacia su lado.

—Brujo —susurré en su oído. Para mi sorpresa, no se asustó y continuó caminando.

—¿Qué quieres? —Preguntó con voz amarga.

—Comer.

—Brujo equivocado —respondió, apretando el puño, donde parecía haber cenizas danzando en círculos alrededor.

—No es como si realmente tuviera la intención de hacerlo. No me gusta la sangre —dije, y el brujo no respondió. —¿A dónde vas?

—A menos que quieras ayudarme en mi venganza, será mejor que me dejes en paz. Ya he matado a seis vampiras esta noche.

—Fui traicionado por mi propia raza. Me tiene sin cuidado lo que pase con los demás vampiros —le dije, recordando lo que había pasado.

—Bien, a mí también me traicionaron los brujos —me miró, su mirada era penetrante y malévola. Su fuerte acento me ponía los nervios de punta.

—Soy Ángel de Castillas. Encantado, joven brujo.

—Yo soy Adam. Adam Su... Solo Adam —dijo él con dolor en su voz.

—Te ayudaré si tú me ayudas a vengarte de los míos —él sonrió, una sonrisa malévola y vacía.

—Acepto —se adentró en un túnel. El eco de sus pasos resonaba.

—¿A dónde vamos? —pregunté. Mi voz no producía eco, lo que pareció sorprenderlo.

—Solo sígueme, hay mucho por hacer.

Dicho eso, salimos del túnel y regresamos al bosque.

Un Amor En Común 1 [COMPLETA]✅Where stories live. Discover now