«tres»

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ASTRID


Lo que pasó hace una semana fue algo tan irreal que no estaría tan convencida de que si pasó, si no fuera por la foto de Joel y yo que Montse me envió esa misma noche. Todavía puedo sentir sus brazos alrededor de mis hombros como si hubiera pasado ayer.

—Ash. —mi solnyshko me codea, haciendo que apriete los dientes.

Con mala gana la miro y cuándo veo que no me está viendo a mi vuelvo a ver para dónde está viendo. ¡Joder! Joel Pimentel esta del otro lado del vidrio, viéndose tan hermoso como siempre. ¡Dios mío! La forma que su camisa se pega a su cuerpo es el paraíso en la tierra, marca cada uno de sus bien trabajados músculos...

—Joder. —me escucho decir en voz alta, al mismo tiempo que Montse.

—Montserrat no pienses... —

Y mi mejor amiga llama la atención del novato antes que yo la pueda parar. ¡Dios mío! Está viendo en nuestra dirección ahora y solo le ruego a la tierra que me trague y me escupa en mi habitación. Pero obviamente eso no pasa.

—¡Pendeja! —le susurro.

Todo se vuelve borroso alrededor mío y mi mirada solo está concentrada en el hermoso rizado. Cuándo vengo a reaccionar tengo el teléfono de Montse en mis manos, listo para tomar una foto... ¿qué demonios?

—En verdad te odio. —le confieso, tratando que él no escuche.

Posan para la foto y quedo embobada con lo fotogénico que es el hombre. Acaba de terminar un partido agotador, está sudado y despeinado, pero aun así se ve de infarto.

Los empujones de Montse me traen a la realidad y veo que me esta colocando a su lado. Trago saliva, tensándome de pies a cabeza. Miro como el novato me examina con la mirada por completo, haciéndome sentir insegura. Al siguiente segundo me esta abrazando por los hombros y muero al oler su olor tan varonil. ¡Puta madre! Mis bragas están empapadas, y lo único que este hombre ha hecho es abrazarme por los hombros por unos segundos y rosar su semi barba contra mi cuello.

—Salieron perfectas. Muchas gracias, Joel... —Montse empieza a decir y yo todavía estoy en mi nube.

Joel dice algo, mirándome y siento que tengo que decir algo o pensará que soy rara.

—Si, en verdad juegas bien. —hablo con pánico en mi voz.

—¿Musa? —la voz de Montse me saca de mis pensamientos. —¿ya te estás alistando? —entra en la habitación.

—Hmm... —tartamudeo, bloqueando el teléfono para que no vea que estaba viendo la foto. —si. —miento.

—Mentirosa. —me reprende, poniendo sus ojos en blanco. —¿qué te pondrás? —cuestiona, caminando hacia mi closet.

Es viernes por la noche, y no tengo que trabajar, así que hemos decidido salir de rumba a uno de los clubs mas prestigiosos de Las Vegas. No estoy tan convencida que sea una buena idea, pero joder, no hemos salido desde hace mucho.

—¿Ash? —mi amiga me saca de mis pensamientos otra vez.

—Hm... lo siento. —me disculpo apenada. —eh... estaba pensando usar unos jeans... —

—¡NO! —Montse no me deja terminar. —¡absolutamente no! —niega con la cabeza.

—De cuero. —termino y ella sigue con su cara de pocos amigos.

—Todavía sigue siendo un no. —vuelve a ver a mi closet de nuevo. —¿que tal esto? —saca un vestido negro de cuero que no he usado en mucho tiempo, hasta ya no me acordaba que lo tenía. —¡Ufff! —exagera un poco. —te miraras de infarto. —dice con una sonrisa pícara en sus labios.

Hockey Season +18 Christopher Vélez - Joel Pimentel Where stories live. Discover now