«epílogo»

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MONTSE

La amistad es vital para las personas. Eso se dice y todos sabemos que es verdad, encontramos amistad en una persona o quizá en alguna mascota. Pero siempre encontramos nuestro complemento en el ámbito de esta.

Me di cuenta que mi musa no era solo mi amiga, era mi hermana, era esa persona que me complementaba en todo el círculo de familia y amistad.

—Te ves hermosa. —me dice Ash.

Ella será quién me entregue a Christopher, pues mi madre se negó al haberle pedido, pero me dijo que estaría presente. Y mi padre, bueno, ya saben la historia.

Soy todo un manojo de nervios mientras nos dirigimos hacia la iglesia.

Han pasado muchas cosas en los últimos meses, Ash vendió la casa que compartimos un día y que también compartió con Joel. Las palabras que me dijo solo me hacen poner melancólica.

"Lo amé con todo mi ser, pero aún así se fue. Podríamos haberlo superado juntos, pero no. Toda esta casa, cada rincón; me hace acuerdo a él. No quiero esta casa en mi vida."

Se fue a vivir un piso abajo al mío. Pero el dolor que transmitía fueron todo una daga al pecho.

Ash...mi musa ha estado destrozada y ahora la veo mejor, Shea fue de gran ayuda. Ha pasado casi un año desde que terminó todo tipo de lazo entre Joel y ella.

Maldije a Joel en todos los idiomas posibles porque no tuvieron el final feliz que esperaba para mí amiga, aunque yo tampoco tuve el final que me pinté.

No pensé casarme con un gran jugador de hockey, pensé que era mi sueño inalcanzable, pero el sueño se hizo realidad.

Cuando la limosina se detiene y veo tantos paparazzis en la puerta mi pecho se detiene, dios, es real. Todo esto es real.

—¿Estás lista? —me pregunta Ash.

—No. —respondo de forma seca. Ella carcajea pero sale del auto, creo que piensa que es broma.

Dios, tengo miedo, las piernas me tiemblan y mi corazón va ha mil por hora.

El chofer me abre la puerta y mi amiga me ayuda a bajar, arreglamos la cola de metros y metros y me pone el velo mientras una lágrima traicionera escapa de sus ojos.

—Nunca pensé que esto pasaría así. Tan...inesperada. —suspira.

Los flashes me llegan de todos lados mientras le doy el abrazo más sincero que puedo. Una notificación de mensaje llega a su celular.

—Shea dice que Chris piensa que no vendrás. Mejor entremos antes que él pierda los estribos. —

Me alisto, tomo el ramo blanco y voy a la puerta tomada de la mano de mi musa. Me voy a casar, santo dios, me voy a casar.

Escucho cómo la marcha nupcial empieza y ambas puertas se abren de forma lenta. Me engancho del brazo de mi musa y caminamos juntas por el pasillo, todos están parados. Veo a Dom junto a Ana y Mario, veo a todas las WAGs, y mis ojos fulminan a Joel por haber venido con esa idiota con la que sale, la prima de Isa es una zorra de pies a cabeza; veo a los jugadores de los Golden Knights y algún que otro de diferentes equipos, veo a Alex sonreírme y yo le devuelvo la sonrisa. Y al final, veo al hombre con el cual compartiré toda mi vida, está vestido con un traje azul marino, su sonrisa que me alimenta las ganas de correr y abrazarlo para calmar mis nervios, y a su lado está Shea. Me pongo a su lado y Ash me entrega a él.

—Te lo dije una vez, y este es un nuevo inicio que pasaran juntos. Quiero a esta chica igual que a mi vida, y ya sabes lo que te haré si le haces daño. —amenaza y mi mano pasa de la suya a la de él.

Miro como mi amiga va ha sentarse al lado de Jamie y Wes en la primera fila, seguida de Shea.

El cura nos da un sermón, y dice algo que me gusta mucho "nunca den a una pareja la opción de separarse, si el amor se acaba, háganlo revivir, nosotros no somos ellos, y ellos deben aceptar todo lo que la vida les haga pasar, la vida es dura, pero con Dios, es más llevadera"

Hacemos nuestros votos y luego de ponernos los anillos, nos besamos con el amor más puro.

La iglesia estalla en silbidos y aplausos cuando nos separamos.

—Te amo. —me dice.

—Te amo. —respondo.

Luego de dar una vuelta por los lugares más llamativos de Las Vegas con nuestros padrinos que son Karlsson y Sky, y mi dama y su acompañante que son Ash y Shea. Vamos hacia la recepción.

Quizá les parezca absurdo, pero es una tradición en mi país, es algo que mamá siempre quiso y aunque no lo vea, lo he hecho.

Cuando llegamos todos están en mesas y se levantan cuando bailamos el primer vals de casados, bailo con mi padrino y con la pareja de mi dama de compañía, mientras Chris Baila primero con Sky y luego con Ash.

Me impresionó al ver a mi madre acercarse, con su cabello teñido de rojo y un vestido azul.

—¿Me permites? —le pide a Shea, este ve que asiento y nos deja. —nunca pensé que mi hija se casaría, lamento no haberte ayudado, pero los matrimonios ya no van conmigo. —

No respondo pero bailo abrazada a ella, había extrañado mucho a mi madre. Chris también baila con la suya.

Luego todo es baile, fiesta y tragos por todos lados, cada mesa tiene un pequeño balde de cervezas corona, una botella de whisky, una botella de soda y otra de agua. También hay una mesa donde se encuentra todo tipo de cócteles.

Bailamos y aceptamos todos los regalos, cuando viene Joel con su pareja los trato de una forma un tanto hostil. Pero no importa, es un imbécil.

Me beso con Chris cada que puedo y esa noche es el comienzo de otra historia. Tanto para Ash, como para mí.

Hockey Season +18 Christopher Vélez - Joel Pimentel Where stories live. Discover now