«cinco»

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ASTRID

Desde que me convertí en amiga de mi solnyshko he terminado metida en una situación de apuros tras otra, pero esta se lleva el pastel. Resulta que los hombres guapos que conocimos la otra noche en el club ¡son parte del equipo de hockey! ¡Joder! Y aparte de eso nos invitaron al partido de esta noche; y Montse más que feliz se apunto.

—¡Estarás endeudada conmigo hasta el final de los tiempos. —la molesto cuando cruzo la puerta de nuestra cochera, entrando a nuestra cocina.

—¡AHHHH! —grita como niña con juguete nuevo, saltando en el aire. —¡ASH! —se me tira encima; y tiene suerte que la puedo sostener y no terminamos en el piso.

—Me pierdes, solnyshko. —le digo dolida, ya que cuando yo le dije que iríamos al partido no reaccionó así.

—Ash. —me hace ojos de cachorrito regañado y no me puedo quedar enojada con ella.

Le pongo cara de "no me jodas" y ella simplemente me llena el rostro de besitos, los cuáles me hacen cosquillas.

—Sabía que con eso me perdonarías...—

—Pero no quiere decir que se me vaya a olvidar. —me encojo de hombros.

—Ay ya deja el drama. —me da un golpecito en la frente. —y vamos a arreglarnos que los caballeros pasaran por nosotras. —le pone énfasis a lo de "caballeros" ya que knight en español es caballero y nada más me río.

Camino para mi habitación pensando en que ponerme. Se que en esta ocasión tengo que lucir muy bien ya que nos verán con el entrenador del equipo y con el físio. Dejo mi mochila en la mesa de vidrio y camino a mi closet. Sonrío al ver que todo lo que tengo allí son colores oscuros, mucha gente cree que adoro a satanás o que estoy deprimida por vestirme así y cada vez que puedo ver esa expresión en su rostro me río como una foca retrasada. Decido irme por el lado casual, tomo unos jeans negros matte de cuero y una camisa manga larga color vino de encaje.

—Eso tendrá que ser suficiente. —hablo para mi misma mientras camino para mi baño.

Me lavo el cuerpo en menos de 5 minutos, simplemente para quitarme el día de encima. Me retoco el delineador, bronceador y aplico el labial de nuevo. Me visto en cuestión de segundos, agregando unas botas a mi vestuario. Aliso mi cabello una vez mas para asegurarme que se vea decente.

—¿Musa? —escucho la voz de Montse del otro lado de la puerta. —¿ya estás? —entra a la habitación.

—Si...—

—Musa... —

—No empieces, no me cambiaré. —me encojo de hombro, tomando una chaqueta y mi cartera de mano.

Ella me da una media sonrisa, caminando conmigo para la planta baja.

—Ya están aquí. —ella lee un mensaje en su teléfono con una gran sonrisa en sus labios.

—Vamos entonces. —pongo una sonrisa.

Al salir a la calle vemos a dos hombres arrimados en un camaro azul oscuro con unas sonrisas en sus rostros. Montse es mas rápida que yo y los saluda de beso en la mejilla, aunque se tarda mas tiempo con Alex.

—Hola Astrid. —me saluda Shea, dándome una sonrisa de lado.

—Hola Shea. —le doy un beso en la mejilla y su barba me hace cosquillas.

Cuando veo que Alex medio me está prestando atención también lo saludo a él.

—¿Están listas? —pregunta el moreno, mirando fijamente a Montse.

Hockey Season +18 Christopher Vélez - Joel Pimentel Where stories live. Discover now