«cuatro»

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ASTRID

Mientras conduzco hacia el trabajo me doy cuenta de lo mucho que quiero regresar a casa y ni siquiera he llegado.

Estos últimos días han sido agotadores, he trabajado en un proyecto para una tienda de ropa con mi titulo de diseño gráfico, y pensaba que todo estaba resuelto hasta que a la dueña no le convenció mucho y me tocó cambiar la mayoría de las cosas. ¡Dios, odio cuando hacen eso!

—¡Idiota! —le grito a un imbécil que se me acaba de atravesar y ni siquiera puso su direccional para avisarme que se pasaría a mi carril. —¡sácame la puta lengua aunque sea! —pongo mis ojos en blanco.

Manejo por 10 minutos mas antes de llegar a la luz en donde hago una izquierda para entrar al estacionamiento del trabajo. Le muestro mi identificación al portero y sigo mi camino cantando a todo pulmón "Beautiful" de Bazzi. Es una de mis canciones favoritas y si alguien me la dedica me caso con esa persona de inmediato.


* * * * *


—Astrid, te toca en el aria VIP. —me dice una de mis supervisoras y yo aprieto mis dientes.

A todos los trabajadores del hotel les gusta estar allí, pero a mi no. Muchos me dicen "pero si allí es dónde sacas más propinas", pero de la forma que yo lo veo es que todos ellos esperan que los trates como si fueran dioses por tener dinero, y si hay una cosa en la que no soy buena es en ser lambiscona.

—Gracias. —me acomodo el uniforme y camino para las estaciones VIP's.

Allí me encuentro con Suzzett, una chica nueva muy simpática. En el tiempo que llevo aquí he notado que las personas que han estado aquí por mas tiempo se creen la gran mierda solo por tener mucho tiempo aquí, y cuándo eres nuevo te miran sobre el hombro. Yo en lo personal trato de no hacer eso con las personas nuevas, a menos que no me agraden. Si, soy una perra.

—Hola, mujer. —me saluda con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola corazón. —devuelvo la sonrisa. —¿cómo está? —cuestiono, refiriéndome al trabajo.

—Todo bien. —asienta con la cabeza haciendo una mueca. —aunque estamos esperando a unas personas del equipo de hockey. —susurra, asegurándose que nadie a nuestro alrededor nos pueda escuchar.

—¿En serio? —cuestiono desinteresada, aunque la primera persona que se me vino a la mente fue Joel.

—Si. —asienta con la cabeza. —ya ves que tienen 3 partidos en casa esta semana así que algunos de ellos se quedaran aquí por el contrato que tienen con MGM. —

—Ah bueno. —digo mientras coloco el banco en mi estación.

No voy a mentir, cada segundo que paso aquí mi mente esta pensando si es Joel quien se quedará aquí, ya que el apenas se acaba de mover para la ciudad y no tiene casa. Si, una simple búsqueda de su nombre en nuestro sistema me quitaría la duda, pero no me atrevo a hacerlo.

Miro como Suzzett termina de ayudar a las personas enfrente de ella y sonrío, escuchando los pasos de alguien acercarse. Con esa misma sonrisa en mis labios vuelvo a ver para dónde se escuchan los pasos y quedo congelada al ver esos ojos pardos que reconozco de inmediato. Con dificultad trago saliva y digo el discurso de bienvenida.

—Buenas tardes, bienvenidos a Aria. —sigo sonriendo. —soy Astrid, ¿cómo te puedo ayudar? —ruego por que no me reconozca.

—¡Oye! —el castaño dice y se que me ha reconocido. —¡soy Shea! nos conocimos hace unas noches en... —

—Oh si. —lo interrumpo, y se que no se supone que tengo que hacer eso, pero no dejaría que gritara a los cuatro vientos que me conoció en un night club. —¿cómo estás? —pregunto lo mas casual que puedo.

Hockey Season +18 Christopher Vélez - Joel Pimentel Where stories live. Discover now