«diecinueve»

753 104 29
                                    

ASTRID


Mi corazón se me quiere salir del pecho cuando conduzco por la entrada del edificio de Joel. Me bajo del auto, dándole mis llaves al personal de valet. Camino hacia la recepción en dónde el portero le llama a Joel antes de dejarme subir.

—Señorita, por aquí. —el señor me sonríe, dirigiéndome hacia el elevador.

Entro, pero él se queda afuera, solo presiona el piso 25.

—Que tenga una linda noche. —sonríe e inmediatamente me pongo a pensar si deja pasar a muchas mujeres al apartamento de Joel.

No trates de auto sabotearte!" mi conciencia dice y me pongo mas nerviosa.

Cuando el elevador abre con su usual "din" y las puertas se abren de par en par lo miro a él, con una rosa en sus manos.

—Bienvenida. —dice en un tono seductor y mi sangre corre hacia el sur.

—Gracias. —tomo la rosa con manos temblorosas.

Toma mi rostro entre sus manos, juntando nuestros labios. Soy rápida en corresponderle al beso, algunas personas me llamarían "demasiado anciosa", pero no importa.

—Por aquí, mi lady. —caminamos hacia su apartamento.

—¿Y que hay para la cena? —pregunto mientras el abre la puerta.

—Sándwiches de jamón. —hace una mueca y me pongo a reír a carcajadas. —no es cierto, pollo relleno con queso fundido envuelto en jamón. —dice en tono presumido.

—Oh. —mi estómago hace ruido al escuchar eso.

—Y pasta alfredo al lado. —caminamos a su amplio living.

Paso mi mirada por su apartamento y sonrío al ver la mesa puesta. Lista con los platos puestos, a la luz de las velas. Joel toma mi mochila y la deja en su sofá.

—¿Sirvo la cena? —pregunta con una sonrisa.

—Si, estoy muriendo de hambre. —le hago una mueca.

—Siéntate, te serviré. —Joel va hacia la cocina y yo hacia su mesa.

Él trae una charola con el pollo y otra con la pasta. Sirve una porción pequeña en ambos platos y deja el resto en las charolas. Sigue con el vino, sirve vino blanco en dos copas.

—Espero te guste. —Joel se sienta enfrente de mi.

—Muchas gracias. —tomo un sorbo de vino.

Empezamos a comer en silencio, pero no es un silencio incómodo. Cuando doy mi primer bocado mi paladar y estómago agradecen lo bueno que sabe la comida. Si soy honesta estaba un poco preocupada por como sabría la comida, pero por el momento todo bien.

—Oh dios. —digo cuando paso el bocado. —está delicioso. —le doy una sonrisa.

—¿Enserio te gustó, o solo estás actuando? —me mira fijamente lo que me hace reír.

—Estaba preocupada, no te mentiré. —corto otro pedazo de pollo. —y hasta estoy sorprendida. —me mira ofendido. —oye, no me veas así, tu me dijiste que fuera honesta. —pongo ojitos de cachorrito. —y la verdad que está delicioso. —como otro bocado.

—Me alegra que te guste entonces. —come él también. —¿cómo te fue en el trabajo? —

Y siento que estas son preguntas que parejas se hacen después de un día largo mientras cenan, y me gusta la idea.

—Todo bien... un poco de drama, pero nada que no pueda manejar. —me encojo de hombros. —¿a ti como te fue en la práctica? —

—La práctica estuvo un poco tensa. —hace una mueca.

Hockey Season +18 Christopher Vélez - Joel Pimentel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora