Con la miel en los labios

Noticias que alegran a cualquiera

Madrid, Diciembre de 2029

Por fin llegara el sábado y habiamos reunido a nuestras dos familias en casa para comer ya que ibamos a darle la noticia del embarazo a mis tres meses cumplidos.
Como eramos muchos, Luís decidiera que él iba a cocinar y se animara a preparar un cocido gallego, de esos que sientan de maravilla.
Yo mientras coloqué un poco el piso ya que tenía que estar en condiciones para todos los invitados que iban a venir.
Así transcurrió la mañana y a eso de las dos vinieron mis padres que estaban recien llegados de Barcelona.
- ¡Hola mamá! - dije abrazándome a ella
- ¡Hola mi niña! ¿Cómo estás? Hacía mucho que no nos veíamos- dijo mi madre besándome la mejilla y achuchándome.
- ¡Pero que guapa está mi hija...! - dijo mi padre apartando a mi madre para besarme.
- PAPAAAAAAA- dije abrazándome a él.
Mis padres entraron y saludaron a Luís también.
- ¡Estás muy gordita! - dijo mi madre
- Esque solo hago comer... he engordado unos cuántos kilos... vivir con un chef en casa es lo que tiene - les dije con risas intentando disimular.
- Pasad sentaros en el sofá ¿qué queréis tomar? - dijo Luís.
- Ponnos aquí un vermut con unas aceitunas - le dijo mi padre.
Y nos sentamos los cuatro a hablar con ellos.
- Cuando me llamaste y me dijiste lo de la reunión familiar, fui muy feliz. - me dijo mi madre ,- desde que estás con Luís tenía muchas ganas de volver a ver a su familia.
- Ya mamá... entiendo - le dije.
- Y cuéntanos hija ¿que tal andas? - preguntó mi padre.
- Muy bien, estoy super ilusionada y estoy trabajando como nunca - les dije.
Y así pasó la hora del aperitivo hasta que llegó la familia de Luís y ahí si que tenía yo miedo ya que Encarna se iba a dar cuenta de lo del embarazo antes que nadie y nos iba a chafar todo. Yo ya me había puesto un vestido blanco flojo para disimularlo lo máximo posible.
A las dos y media llegaron Encarna, Luís padre y María. Al final había venido unos días a España y aprovechaba para venir a la comida familiar.
- Hola ¿que tal estás hijo? - preguntó Encarna a Luís.
- Bien, mamá muy bien - respondió Luís saludando a su padre.
- Dios mío Aitana... ¡qué guapa estás! - me dijo Encarna ,- ¿como vas con tus mareos? - preguntó.
- Bien genial... estoy muy bien ya curada 100%- le comenté.
- ¡Hola María! - dije abrazándome a ella.
Nos saludamos todos con todos y pusimos más aperitivos para que fueran picando algo antes de comer.

Estuvimos hablando de todo un poco. Cuando estaba el cocido Luís nos llamó a comer.
¡Estaba todo buenísimo!
Transcurrió la comida entre risas, charlas y muu buen humor.

- ¡Qué gran cocinero tenemos aquí! - dijo mi padre.
- Esque mi hijo es una maravilla... - presumió Encarna.
- Tienes mucha suerte Aitana de tenerlo, pero más suerte tiene él al tenerte a ti- comentó María.

Luego pasamos al postre. Encarna y Luís habían traído bica de Ourense y mis padres pastelitos de confitería. A mayores nosotros teniamos tarta helada que era muy digestiva para las grandes comidas.
Al acabar procedimos a decirle que teniamos que darles una noticia.
- Bien, pues ahora vamos a daros la razón por la cual os reunimos a todos aquí- dijo Luís.
- Tenéis cada uno una carta dentro de un sobre junto vuestra, por lo que queremos que las abráis todos a la vez- dije.
- Ya sé yo por donde vais... - dijo Encarna
Al abrirlo pudieron ver una carta que ponía:
"¡ENHORABUENA VAS A SER ABUELO/A!"
- Lo sabía, lo sabía... - dijo Encarna gritando. ,- tú tenías mareos por algo y además ya estás muy gordita... - concluyó.
Mi madre estaba llorando por lo que me hizo llorar a mí. Todos nos felicitaban.
- Te quiero hija... me has hecho muy feliz - dijo mi madre secándose las lágrimas.
- Enhorabuena hija - dijo mi padre abrazándome.
- Bueno y ¿como estás? - dijo Luís padre
- Estoy ya bastante bien, y concretamente de tres meses. Nosotros lo sabiamos ya desde hace semanas, pero no os quisimos decir nada hasta que el bebé estuviera fuera de peligro por si pasaba algo. - les comenté.
- Yo ya te lo noté desde que vinimos aquí en Noviembre, nunca se me escapa una - presumió Encarna.
- Esque tienes el cuerpo super cambiado - me dijo María.
- Ojalá sea una niña... - dijo mi padre.
- Enséñanos esa barriga - dijo Encarna.
Se la mostré y todos la acariciaban.
- ¡Pues ya estás muy gordita! - decía mi madre.
- Lo estoy... y me salió de golpe hace unos pocos días, antes estaba plana- comenté.
Transcurrió la sobremesa entre charla y charla y recuerdos de los embarazos y partos nuestros de nuestras madres.
A las seis Encarna, María y Luís se iban a ver a su familia de Madrid por lo que se despidieron de nosotros.
- Cuídate mucho ¿sí? - y que te cuíde mi hijo- me dijo Encarna
- Tu hijo es maravilloso y me cuida como nadie - le dije con risas.
Los besamos a todos y se fueron.
Mis padres quedaran un ratito más.
- ¿y como vais a hacer con la prensa? - preguntó mi padre.
- Informaremos cuando ya se rumoree mucho y subiremos algún post o algo para decirlo. No queremos avanzar nada aún porque todavía quedan nuestros amigos. - le respondí.
- Pues cuídate mucho hija. Ahora tienes que comer muy bien, hacer mucho ejercicio para no perder la forma y sobre todo descansar que haber si el trajín que te traes luego te va a pasar factura- me dijo mi madre.
- Tu cualquier cosa que necesites llámanos, que venimos de Barcelona en un plis plas- dijo mi padre.
- Gracias jo, pero aquí estoy muy bien rodeada.
Tengo a mis amigos de Ot, a Daisy... además la ginecologa que me lleva todo es muy maja - les dije.
Y así pasó la tarde. Nos despedimos de ellos ya casi en la hora de cenar.

¡Hola! Como veis ya se lo han comunicado a su familia y se lo han tomado super bien. Además Encarna ya lo sospechaba. En el siguiente capítulo les tocará a sus amigos ¿como creéis que se lo tomarán? ¡Os leo! 😘