Con la miel en los labios

Recuperación y visitas

Madrid, Mayo de 2030

Claudia salió para informar de todo.
- ¿Familiares de Aitana Ocaña? - preguntó.
- ¡Nosotros! - dijeron mis padres desesperados.
- Bien. El parto ha transcurrido con total normalidad. Teo y Gala están perfectos. Ahora se encuentran en la enfermería con las curas y en nada bajarán para que puedan estar con sus padres. Aitana está muy delicada, ha sido un parto muy duro para ella y le ha causado una gran pérdida de sangre. Está bien, pero muy agotada. Necesita recuperarse con tranquilidad y sobre todo mucho relax. Los medicamentos en nada empezarán a hacerle efecto. Es conveniente que no entréis todos a la vez, sino de uno en uno. - explicó.
- ¡Ay! ¡Pero Dios mío! - dijo mi madre ¿Está bien mi niña? - preguntó.
- Si, solo que necesita recuperarse. Si ya el esfuerzo de un parto normal es muy grande... de dos es el doble. Ahora terminamos de vaciarla y está recuperando fuerzas. En un rato subirá a planta - dijo Claudia.
- ¿Podemos verla? - preguntó mi padre.
- Ella me pidió que pasara Luís - dijo.
- Está bien. Luego nosotros - dijo mi madre.

Luís entró al quirófano y pudo observar una imagen muy tierna. Yo estaba dormida con Teo y Gala sobre mi pecho, uno a cada lado.

- Si ves la imagen más bonita que acabo de presenciar... - dijo Luís con una sonrisa de felicidad que casi no le entraba en la cara.
- Luisín- dije agarrando su mano.
Él besó mis labios.
- ¿Cómo estás reina? - me dijo.
- Bueno... muy cansada. Me duele mucho la zona baja y la barriga. Estoy muy débil- dije con un hilo de voz.
- Claudia ya nos dijo que era normal... ahora tienes que recuperarte. - me dijo acariciando mi frente.
- Lo sé... he sangrado mucho. Y estoy con el cruce de piernas pra cortar la hemorragia - le dije.
- Qué bonitos me sois - me dijo.
- Son - le corregí.
- Tú la que más. Y Gala es igualita a ti - me dijo.
- Yo apenas les pude ver la cara. Pero te juro que esta es la sensación más bonita del mundo. - le dije.
Era un momento mágico. Los cuatro juntos estabamos como la gran familia que acabábamos de formar.
- ¿Están mis padres verdad? - le pregunté.
- Ya no dan esperado más para entrar -me dijo Luís con risas.
- Lo sabía - le dije sonriendo.

Yo todavía hablaba muy débil y tenía muy poquita fuerza.
- Les voy a decir que pasen ¿te parece? - me dijo Luís.
- Si, y tú vete a comer algo anda. Que seguro que lo necesitas - le dije acariciando su brazo.
- Si, tan pronto pueda volver, vuelvo - dijo dejando un suave beso en mis labios y uno en la cabeza de cada niño.

Luís salió a la sala de espera donde estaban todos.
- Podéis pasar, abuelos - le dijo a mis padres ,- yo voy a ir a comer algo a la cafetería - añadió.
- Si hijo, vete. - dijo Encarna. ,- y bebe algo que hace mucho calor - añadió.

Mis padres entraron juntos y mi madre rompió a llorar cuando me vió con los niños así.
- Mi niña bonita... ¡que mayor te me haces ya! - dijo besando mi mejilla.
- Qué regalo más bonito nos has dado - dijo mi padre.
- Son tan peques... ¿cuanto pesaron? - preguntó mi madre.
- 2 kg 800 Teo y 2kg 500 Gala - le dije.
- Mis niños... - decía mi padre embobado mirándoles.
- ¿Y tú qué tal? No tienes buena cara hija... ¿estás bien? - dijo mi madre.
- Estoy muy débil. Perdí mucha sangre y estoy agotada. Me duele muchísimo la zona baja. Ya me han dado calmantes y me dijeron que descansara. No estoy para recibir visitas. - dije.
- Es que estás muy pálida hija. Voy a decirle a Luís que hoy no vengan a verte mejor. No estás en condiciones de recibir a nadie. - dijo mi madre.
En ese momento irrumpió la enfermera para ver lo de la lactancia.
- Necesito que salgáis un momento- dijo.
- Si claro - dijo mi padre ,- volvemos luego.
- Descansad - les dije.
La enfermera venía para ver que Teo y Gala cogieran bien el pechoy enseñarme las posturas mejores para hacerlo correctamente.
Revisó que mis pechos estuvieran en condiciones para poder darles el pecho.
- Voy a darte unas pastillas para que te suba la leche. Al ser dos, necesitas tener bastante cantidad - me dijo.
En un primer momento probamos poniendo uno en cada pecho.
- Esto es una buena opción si estás tú cómoda- me dijo ,- sino, puedes darle a uno primero y a otro después. - añadió.
- Igual mejor, porque así no estoy cómoda- le dije.
- Tambien puedes usar el sacaleches y mientras le das el pecho a uno, otra persona le puede dar el biberón. - me propuso.
Al final terminaría por ser la mejor opción.

Los niños succionaban con fuerza ya que tenian mucha hambre y me lastimaban.
La enfermera me ayudó mucho y luego los volvimos a poner sobre mi pecho pero sin comer.

Encarna y Luís entraron cuando se marchó la enfermera.
- A ver mis nieteciños... que me dijo un pajarito que se parecen a su mamá - dijo guiñándome un ojo.
- Si bueno... - dije con risas.
- Teo es igual a Luís cuando nació ¿a que sí? - dijo Encarna preguntándole a Luís padre.
- Si... - respondió.
- Y Gala igual a ti - añadió.
- Si... eso dijo Luís - respondí.
- Y tú que mala cariña tienes... necesitas recuperarte bien. Estás muy pálida y tienes ojeras... una buena dormida necesitas. - me dijo.
- Si... es que me encuentro muy mal. Estoy sin fuerzas apenas. - le dije.
- Normal... es mejor que avises a las visitas y que no vengan hoy - me propuso.
- Si de hecho es lo que le voy a decir a Luís. - le dije.
Al rato de estar Encarna y Luís volvió Claudia.
- Voy a hacerte una última revisión para subirte a planta. - me dijo.
Claudia me revisó todo. Se aseguró que yo quedara bien vaciada y que estaba la hemorragia cortada.
Me miró las constantes vitales y me hizo una ecografía para mirar que todo estaba bien dentro de mí.
- Vas a tener una larga recuperación y con entuertos. Es mejor que hoy no recibas visitas. La hemorragia va a continuar algunos días más - me dijo. ,- Voy a subirte a planta para que descanses - añadió.
Y así fue.
Me mandaron para la habitación 203 de la segunda planta.
Mis padres volvieron a estar un rato conmigo y luego se fueron a comer con Encarna y Luís.
Al mediodía me trajeron la comida y Luís se quedó conmigo.
- Voy a avisar de que no venga nadie - dijo.
Mandó yn whatsapp por el grupo:

¡Hola! Teo y Gala ya están con nosotros. Ha salido todo muy bien pero Aitana no se encuentra disponible para recibir visitas. Se ha esforzado mucho y necesita descansar. A partir de mañana podéis venir a concerles en la segunda planta, puerta 203.

De comida me trajeron sopa de pollo y de segundo una carne con guarnición. Olía muy bien pero me asqueaba el olor a comida.
- Tienes que comer Aitana - decía Luís para animarme.
- Lo sé pero no tengo hambre - respondí.
- Es esencial para ti - insistió.
Le hice caso y tomé cinco cucharadas de sopa y un poco de carne.
Después de comer, con ayuda de Luís puse a Gala en el pecho y a Teo le dió él un biberón de mi leche.
- Vamos a tener que acostumbrarnos a esto - le dije con risas.
Cuando terminamos, yo me puse a dormir. Necesitaba recuperarme.
Luís aprovechó para ir a casa a ducharse, cambiarse de ropa y descansar un poco.
Mis padres vinieron a pasar la tarde conmigo y ayudarme así con la lactancia.
Se turnaban para que yo no quedara nunca sola.
A la noche Encarna volvió y mis padres se fueron a descansar. Luís tardaría nada en llegar.
Yo tenía escalofríos y no me encontraba nada bien.
Encarna avisó a la enfermera y tenía...
¡40 de fiebre!

¡Hola! Como veis Aitana ya va para planta y los niños poco a poco se acostumbran al pecho. Luís avisa a sus amigos de que aún no vayan al hospital ya que ella no se encuentra disponible para las visitas. Por la tarde puede descansar un poco... pero a la noche le sube la fiebre y tiene escalofríos ¿Qué creéis que será? ¿Tendrá que ver con el parto? ¡Os leo! 😘