Con la miel en los labios

Regreso

Miami, Abril de 2030.

Esa misma madrugada nos volviamos a Madrid.
Nos levantamos a las 5:00 AM para ir al aeropuerto. Nos esperaban 9h de vuelo hasta Madrid.
Yo ya me había tomado mis pastillas para dormir en el trayecto, ya que con mi barriga y embarazo gemelar era un riesgo viajes tan largos.
Y así fue, Luís y yo dormimos en el avión ya que apenas durmieramos la noche anterior.
A las 14h del mediodía estábamos aterrizando en Madrid.

Madrid, Abril de 2030

Mi sorpresa fue ver a mis padres nada más aterrizar. Habían venido desde Barcelona a recogernos al aeropuerto.
Nada más verles salí corriendo a junto de ellos.
- ¡Mi niña! - exclamó mi madre abrazándome y acariciando mi barriga. ,- ¡qué gordita estás ya!- exclamó.
- ¡Mamá...! - dije emocionada abrazándola. ,- ¿que hacéis aquí? - pregunté.
- Quisimos venir a recibiros porque a tu padre le daba algo si no veniamos... - me dijo.
- ¡Qué guapa estás hija...! - dijo mi padre abrazándome.
Luís les propuso ir a tomar algo juntos ya que veniamos cansados del viaje y yo necesitaba reponer fuerzas.
Fuimos a una cafetería cerca de Barajas y aprovechamos para comer con ellos.
- Bueno hija, cuéntanos ¿qué tal todo? - dijo mi padre.
- Pues muy bien... yo estoy enamorada de ese lugar. De verdad que es maravilloso... Hasta Luís quedó enamorado - le contesté.
- Nosotros vimos lo que pudimos por las redes sociales. - dijo mi madre.
- Has estado muy bien hija, y sobre todo ibas muy guapa - añadió mi padre.
- Es muy guapa... - interrumpió Luís guiñando un ojo.
- Me veis todos con buenos ojos - comenté.
- ¿Y que tal los pequeñuelos? ¿Dieron mucho la lata? - preguntó mi madre con risas.
- Pues muy bien... cada vez me va pesando más la barriga y se mueven más, sobre todo por las mañanas. Pero de momento no hay queja - respondí.
- Tú cuídalos mucho a los tres - le dijo mi padre a Luís.
- Si, no me separo de ellos ni un segundo - le contestó.
- Ahora ya vas a entrar en la peor etapa del embarazo y tienes que cuidarte mucho. - añadió mi madre.
Juntos entre charlas y risas, comimos. Por la tarde mis padres ya se iban a Barcelona ya que trabajaban al día siguiente.
- Gracias por venir - les dije abrazándolos a los dos a la vez.
- Sabes que siempre vamos a estar contigo. Y ya sobre decir que aquí estaremos cuando nos necesites - dijo mi padre.
- Cuídate mucho ahora y no hagas esfuerzos. A ver si podemos volver pronto. Cualquier cosa avísanos - añadió mi madre.
- Ya lo sé. Estaos tranquilos, de verdad. Que aquí con Luís estoy muy bien. Además si necesito algo urgente y él no está puedo echar mano de Ana, Miriam o Daisy. Y Olga también está conmigo todos los días. - dije para tranquilizarles.
Mis padres eran muy preocupados y sabía que ahora no me iban a dejar sola en ningún momento, por eso quise tranquilizarles. Ellos trabajaban y tenían su vida en Barcelona por lo que no quería molestarles teniendo gente de sobra aquí en Madrid.

Nos despedimos de ellos y llamamos un taxi para ir a casa. Aún teniamos que deshacer la maleta y yo quería ducharme.
Me sentía muy sucia y cansada del avión.
Luís se encargó de las maletas y de todo.
- ¡Que ganas tenía de estar en casa de nuevo! - dije tirándome en el sofá nada más llegar.
- Y tanto... - dijo Luís dejando las maletas en la habitación.
Miré el móvil y tenía una llamada perdida de Ana.
La devolví porque igual era algo importante lo que me quería.
- Ana, ¿me llamaste? - pregunté cuando me respondió.
- ¡Aitana! Si... Sabía que llegaban hoy y quería preguntarles que tal - contestó.
- Ay si, acabamos de llegar a casa. Me vinieron a recoger al aeropuerto mis padres y comimos con ellos por ahí. Ahora estabamos entrando en casa cuando vi la llamada - le comenté.
- Jo que guay, me alegro un montón. Por allí ya vi que se lo pasaron super bien... y ¡estabas espectacular! - me dijo.
- Si... ya te contaré cuando quedemos - le dije.
- ¿Qué tal Teo y Gala? - preguntó.
- Creciendo... - añadí con risas.
- Pues llamaba para decirte que Miguel y yo vamos a organizar una cena hoy en mi casa con todos los amigos ¿quieren venirse? - me propuso.
- ¡Claro! ¡Vamos encantados! - le dije.
- Pues pásense por mi casa a las 10 - dijo Ana.
- Perfecto. Nos vemos - dije colgando el teléfono.

Luís estaba deshaciendo las maletas en la habitación cuando fuí a comentarle lo de la cena en casa de Ana.
- Luisín... era Ana me dijo que nos invitaba hoy a cenar en su casa con todos sus amigos. - le dije.
- Pues si te ves con fuerzas, vamos - respondió.
- Si, de hecho ya quedé a las 10 con ella en su casa - le comenté.
- Maravilloso - dijo besando mis labios.
Y así le ayudé a deshacer las maletas.

Con Olga ya había cerrado mi agenda en este mes. Estabamos a 18 de Abril y tan solo me quedaba un mes de trabajo y principalmente serían composiciones.
Al ser un embarazo de riesgo, Yasmín me dijera que en el mes anterior a dar a luz debia de estar en máximo reposo y sin trabajar. Además ya no estaba para viajar.
En ese mismo momento sentí moverse a mis pequeños dentro de mí. Cada vez que esto ocurría me ilusionaba un montón.
- ¡Mira Luís se están moviendo! - dije colocando su mano sobre mi barriga.
- Caramba... pues si... y demasiado. - dijo con risas.
Estuvimos un rato echados en el sofá descansado y cogiendo fuerzas para la noche.
- Aiti, quedé con Roi y Manuel ahora para tomar algo. Vengo a recogerte sobre las 9:30 para ir a casa de Ana ¿te parece? - me dijo Luís.
- Si, perfecto. Así tengo tiempo de sobra para arreglarme. - le dije.
Luís se fue dejando un suave beso en mis labios.

Yo aproveché para bañarme con mis bebés. Era mi momento favorito del día, y así me recuperaba del viaje.

Al terminar me arreglé. Decidí ponerme un mono negro con lentejuelas que destacaba mi abultada barriga con un cinturón en el centro.
Sequé el pelo y lo peiné con ondas hechas con la plancha.
Me calcé unas sandalias de tacón plateadas, y me maquillé suavemente.
Tenía muchas ganas de reunirme con todos de nuevo.
A las 9:30 en punto llegó Luís.
- ¡Pero menudo bombón me está esperando! - dijo nada más verme.
- Y a mí menudo bombón vino a recogerme - respondí besando sus labios.
- Voy a ducharme, cambiarme y nos vamos - dijo.
Y así fue. Luís se vistió con unos vaqueros y camisa blanca. Me encantaba cuando se ponía la camisa blanca para los eventos.
- Hablas de mí.... pero tú no te quedas atrás - le dije con risas.
Y así nos marchamos juntos a casa de Ana en el coche.

¡Hola de nuevo! Como os dije voy a tratar de llevar la novela al día y que no pasen más de dos-tres días por capítulo. Si vuelve a haber algún imprevisto que no me deje actualizar, os aviso.
Este es un poco soso pero necesario para explicar la vuelta a casa. Como veis los padres de Aitana le dan una fantástica sorpresa yéndoles a buscar al aeropuerto. Comen juntos y por la tarde Ana les llama para invitarlos a su casa. Va a hacer una reunión de amigos ¿creéis que va a comunicarles algo? ¡Os leo! 😘