Llegando...

985 39 2
                                    

Madrid, Mayo de 2030

Encarna se había equivocado. Esa noche no habían nacido. Por desgracia para mí, ya que aquello en Madrid estaba siendo una pesadilla, con el calor que hacía.
Al día siguiente ya empezaba la última semana del mes de Mayo y estaba a una semana de salir de cuentas.
Yo ya no podía más.
Nos estaba poniendo a todos locos aquella situación. Yo estaba desesperada y Luís no sabía que hacerme para verme bien en la medida de lo posible.
Esa mañana me levanté con dolores en la barriga un poco más fuertes de lo normal pero los aguantaba.
Pensé que sería de las monitorizaciones por eso  pasé de ir al gimnasio y a las clases de preparto.
Llamé tanto a Cristina como a María para indicarles que hoy no iría.
Luís ya estaba de baja y él se ocupaba de la casa .
Por la tarde estuve en el sofá de casa tratando de aguantar pero cada vez esto iba a más.
A la noche ya estaba agotada.
- Estoy muy dolorida - le dije a Luís con cara de sufrimiento.
- Respira y expira... tranquila. - dijo para tranquilizarme.
- Pfff yo creo que ahora ya vienen Luís - dije agobiada.
- No has roto aguas aún. Vamos a esperar porque igual te pasa como a Crislo y te mandan a casa otra vez - me dijo.

Los dolores iban a más de forma progresiva. Lo estaba pasando muy mal.
Eran como los cólicos de la regla pero mucho más acentuados.
- Aguanta mi vida - decía Luís para tranquilizarme mientras me acariciaba la espalda.
- No puedo Luís en serio. Me estoy muriendo - dije con cara rara.
Luís en aquel momento se echó a reír porque le hiciera gracia la cara que yo había puesto.
- Me acordé de nuestros momentos de risas en la academia y ahora veo esto y me dió la risa... ¡Dónde fuimos a terminar Aitana...! - dijo para quitarle hierro al asunto.
- Pues si hijo mío, si... - respondí también con risas, pero a la vez con cara de dolor.

Los dolores incrementaban por minutos.

-Ahora sí que no aguanto más - dije rompiendo a llorar.
- ¿Quieres que vayamos a urgencias si te quedas más tranquila? - me preguntó.
- Si Luís... por lo menos aunque no nazcan me ponen calmantes para el dolor - le dije como pude.
- Vale. No llamo aún a nadie ¿si? Se preocuparán y aparecerán todos en el hospital igual para que aún no nazcan. - dijo.
- Si, por favor. Mejor no avises. No tengo ganas de estar con nadie y mis padres me van a agobiar. - dije con cara de sufrimiento.

Luís me ayudó a bajar al garaje como pudo. Nada más sentarme en el coche noté como un líquido corría por mi entrepierna.
Ya no aguantaba los dolores.
Ahora si que eran contracciones de verdad.

- ¡Luís! ¡Luís! - dije gritando mientras el guardaba mi maleta en el maletero.
- ¿¡Qué pasa?! - gritó asustado.
- Creo que he roto aguas... joder. ¡Y en el coche! - dije.
- Eso es lo de menos, Aitana. Ahora lo importante es ir largados al hospital para que no te pase nada. No pueden nacer aquí por nada del mundo - dijo arrancando el coche velozmente.
- Ufff Dios mío... - decía yo agobiada mientras sujetaba mi barriga.
No quería por nada del mundo poner en peligro la vida de los niños.

Luís conducía muy rápido. Lo bueno era que al ser de noche, había poco tráfico.

 Lo bueno era que al ser de noche, había poco tráfico

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al llegar pasamos por urgencias de cabeza.
Luís explicó en recepción lo que pasaba y ya me mandaron sentar en una silla de ruedas.
- Vamos a subirla a hacer una ecografía ¿vale? - indicó la enfermera.
- Vale. Yo voy a ir avisando a nuestras familias ¿si? - dijo Luís.
- Si pero por favor que no vengan... no quiero estar con nadie. Necesito estar sola, me encuentro fatal - le dije.
- Se lo diré, estate tranquila - dijo besando mi frente.
- ¿Eres el padre? - Preguntó la enfermera
- Si, soy yo. - le dijo Luís.
- Pues puedes subir con nosotras si quieres. - le propuso.
- Si ven, porfa. - le dije.
Subimos en el ascensor y pasé a una sala de ecografías.
Me mandaron desnudar y poner un batín verde de quirófano, y unos patucos.
Me hicieron la ecografía y me mandaron esperar en una sala.
Me subí a una camilla y me pusieron unos parches por toda la barriga.
Allí me presentaron a la ginecóloga de guardia, Claudia. Parecía muy maja.
- Hola Aitana, me llamo Claudia. Y voy a asistir tu parto ¿vale? Hemos visto que ya has roto aguas y los bebés están empezando a empujar. Aún no has dilatado lo suficiente por lo que te voy a poner la epidural y el cuentagotas un rato ¿si? - me explicó.
- Gracias... ¿no puede ser en el agua verdad? - pregunté.
- No te lo recomiendo. Los partos en el agua son para embarazos normales y ligeros. En uno gemelar no te lo recomiendo - me dijo.
-  Está bien - dije.
Estaba tan dolorida que ya todo me daba igual en aquel momento. Solo quería que me pasara todo.
- ¿El papá quiere asistir al parto? - le preguntó Claudia a Luís.
- Si ven porfa - interrumpí yo al momento.
- Si si que voy - le djo.
Le dieron un batín verde y unos patucos para que pudiera entrar a quirófano.
- Ahora esperad un poquito aquí. Si notas que los dolores van a más no te preocupes, es totalmente normal. - me dijo Claudia.

Luís iba a llamar a nuestras familias.
- Porfa diles que no vengan aún. - le dije.
- Se lo diré estate tranquila - dijo besando mis labios y saliendo a fuera a llamar por teléfono.

Primero llamó a Encarna:
- ¡Hola mamá! Te llamo porque Aitana está de parto. Aún estamos en la sala de dilatación pero en breves nacerán los niños. No se encuentra muy bien y no quiere recibir visitas así que si queréis no vengáis hasta que os llame yo - le dijo a su madre.
- ¡Ves lo sabía!... sabía que poco tardarían en nacer esas cristuras... Voy a avisar a tu padre y a ver que hacemos. Tú mantennos al tanto de todo hijo. - respondió Encarna.
- Vale. Os aviso. Yo voy a asistir al parto por lo que estaré ocupado. Estamos en la sala de dilatación 4  de la quinta planta. Hay sala de espera por si quereis quedaros ahí. Para dentro no se puede pasar. Tan pronto pueda hablar con vosotros y deciros cómo salió todo lo haré - le dijo Luís.
- Está bien. Tú estate tranquilo que todo irá bien. - le dijo Encarna para tranquilizarlo.

A continuación llamó a mis padres que como era de esperar, ni caso le hicieron y se plantaron en el hospital en menos de nada.

Y por el grupo de nuestros amigos mandó un whatssapp ya que al ser de noche, todos dormirían:
Hola 👋🏼 Aitana está de parto. Estamos en el hospital en la sala de dilatación. En breves bajaremos a quirófano. Cuando acabe os hablo para deciros como salió todo. Estaros tranquilos. Ella está con mucho dolor y dijo que por ahora no quería que viniera nadie. Os voy avisando.

Y ya no avisó a nadie más por el momento.
Yo cada vez iba a más y ya me retorcía del dolor.
Siempre fuera muy delicada con los dolores de barriga y más ahora en estas circunstancias.
- ¡Luís no puedo más! Nunca en la vida lo pasé tan mal... de verdad... - le dije agarrándome a su mano.
- Tranquila, poco queda - dijo besando mi frente.
- Me retuerzo del dolor... - añadí con un hilo de voz.
- Tus padres van a venir ya. Me han dicho que ni de broma esperan - me dijo Luís.
- Lo sabía... - dije resoplando ante aquella noticia.

Claudia venía de vez en cuando a ver como iba todo.
- Casi lo tienes campeona - me dijo al ver lo que había dilatado.

¡Hola! Como veis ya ha llegado el momento de que Teo y Gala nazcan

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Hola! Como veis ya ha llegado el momento de que Teo y Gala nazcan. Aitana lo está pasando muy mal... y no quiere a nadie con ella allí. Luís avisa a todos y los padres de Aitana son los primeros en aparecer. Las contracciones van a más y ya está dilatando. ¿Tenéis ganas de conocerles? ¡Os leo! 😘

Con la miel en los labiosWhere stories live. Discover now