3. La quiebra

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3. La quiebra.

Santiago.

Miro la puerta del restaurante donde trabajo por séptima vez desde que llegué. No la ha cruzado ni un cliente el día de hoy; en el local solo estamos los meseros, cocineros y la gerente. Esta última también ve la puerta con anhelo ya que un día sin clientes genera muchas pérdidas.

Este antiguo restaurante nunca fue popular, pero lograba llenarse y tener ingresos razonables. ¿Qué pasó para que ahora ni un alma entre al local? Todos prefieren comer en el restaurante que inauguraron hace poco en la esquina.

Sin clientes no hay propina. Cuento con un sueldo fijo, pero es tan poco que las propinas son el doble.

Estoy preocupado.

Me falta más de la mitad del dinero para comprar los medicamentos de la abuela y que el restaurante está prácticamente en la quiebra no me ayuda en lo absoluto. Debo conseguir esos medicamentos antes de la próxima semana, Linda puede pasar por lo mismo que hace seis meses si un día no toma su medicación.

Nuestra vida es bastante limitada: no tenemos un auto, no contamos con aparatos de última tecnología, es muy rara la vez que compramos ropa nueva o que salimos a pasear. No digo que estamos pasando por la pobreza extrema o que estemos muriendo de hambre; solo digo que tenemos una vida limitada.

Nadie va a llegar, por lo menos no hoy.

Veo a Lili, una de las meseras, cerrar con seguro la puerta principal del local y apagar todas las luces. Hoy cerramos tres horas antes de lo habitual y eso nos tiene preocupados a todos ya que dependemos de las ganancias de este lugar.

—Debemos irnos. No sirve de nada esperar; no vendrán —habla la morena tomando su bolso y haciendo su camino hacia el pasillo que nos dirige a la puerta trasera del lugar.

El resto de los presentes caminamos detrás de ella sin murmurar ni una palabra hasta que nos despedimos fuera de la cafetería. Comienzo mi caminata hasta la casa de Josh, mi mejor amigo. Vive algo retirado de esta zona, pero no puedo permitirme pagar el transporte público.

Le pediré ayuda para conseguir un nuevo empleo en el que pueda laborar a medio tiempo, ya que en las mañanas debo ir a la universidad.

Confío en que Josh podrá ayudarme.

El color de su vejezWhere stories live. Discover now