El color de su vejez

33. Malas noticias

33. Malas noticias.

Santiago.

Estaba en mi segunda clase del día cuando recibí una llamada de Doris diciéndome que Linda estaba en el hospital. No fui capaz de decir nada durante esa llamada, lo único que hice fue correr fuera de la facultad y abordar el primer autobús que vi.

En el camino al hospital mi mente fue golpeada con un puñado de pensamientos y posibilidades, logrando que mi corazón se acelera cada vez más.

Cuando llegué, Soledad me contó que Linda se desmayó en la avenida principal de la ciudad. Le pregunté qué hacían caminando por esa avenida cuando se suponía que estaban reunidas en la casa de Doris y ella solo me dijo que es a Linda a quien le corresponde darme una respuesta.

Ahora mismo estoy esperando que los médicos me digan cómo está mi abuela y si puedo verla.

Hace una hora la enfermera me comentó que Linda cayó contra el pavimento gracias a su desmayo, lo que le provocó graves golpes en la cabeza y en la espalda. Cuando la ambulancia la trajo a la sala de emergencias ella aún estaba inconsciente, cosa que según Soledad no es una buena señal.

No es la primera vez que Linda visita la sala de emergencias del hospital, pero eso no evita que mis nervios se intensifiquen con cada segundo que pasa. Tengo muchisimo miedo porque no quiero verla sufrir de fuertes dolores o perder esa independencia que tanto disfruta.

Tengo miedo porque no quiero perderla.