6. Extrañar.
Linda.
Siete meses, ciento ochenta y dos días, cuatro mil trescientas sesenta y ocho horas y más minutos de los que puedo calcular han pasado desde que no sé nada de mis hijos.
Desde que no me llaman, visitan o envían algún mensaje de texto.
Cuando una persona nos importa, nos interesamos por saber que sucede en su vida. Llamamos, visitamos, le preguntamos a alguien más sobre ellos y nos preocupamos por su bienestar. Me duele atar cabos y darme cuenta de que a mis hijos no les importo en lo absoluto, me envenena saber que ellos no me aman.
Yo si los amo y extraño.
Quisiera verlos, abrazarlos, hablar con ellos y darles el amor que creo que solo una madre es capaz de dar.
Solo uno de mis hijos me ha acompañado durante los últimos meses.
Me refiero a Santiago.
Porque él también es mi hijo.
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El color de su vejez
Short StoryGretta Storn, o mejor dicho Linda Storn, no es una anciana ordinaria. A ella no le gusta llevar su cabello gris gracias al tinte gratuito que le brinda la edad, ella prefiere teñirselo de color morado. Ella jamás se queda tranquila en casa, prefiere...