12. Miedo.
Linda.
No puedo.
Odio admitirlo, pero no puedo.
El dolor en mis caderas, piernas, hombros y cabeza es insoportable; le doy el crédito de eso a la caminata de dos horas cargando bolsas pesadas.
Los setenta y seis años me pasan factura cada que hago este tipo de esfuerzos. No quiero enfermarme. No puedo darme ese lujo cuando en estos instantes dinero para medicamentos es lo que no tenemos y las preocupaciones no caben en la lista.
Estoy encerrada en mi habitación retorciéndome de dolor luego de haber tomado las últimas pastillas para la tensión que me quedaban.
Mañana repetiré junto a las luchadoras mujeres que tengo como amigas la misma rutina de hoy. Las ventas del día de hoy fueron un éxito. No nos quedó nada en las bolsas y recibimos muchos halagos de gente diciendo que nuestros postres son deliciosos.
Cuando terminamos de vender, fuimos directamente al supermercado para comprar ingredientes para los postres de mañana. Pensé en comprar mis pastillas, pero al ver el precio me di cuenta de que no tenía el dinero suficiente.
Espero que mañana si me las pueda comprar.
Espero que mañana no me duela tanto el cuerpo al llegar a casa.
Estoy asustada de no soportar todo esto, de que todo se arruine y de no poder lograr lo que tanto deseo: ayudar a Santiago.
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El color de su vejez
Short StoryGretta Storn, o mejor dicho Linda Storn, no es una anciana ordinaria. A ella no le gusta llevar su cabello gris gracias al tinte gratuito que le brinda la edad, ella prefiere teñirselo de color morado. Ella jamás se queda tranquila en casa, prefiere...