11. Desafío

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11. Desafío.

Santiago.

Ayer recibí una llamada mientras recorría los pasillos de la facultad de economía. Una voz femenina fue quien desde la otra línea me informó que yo había sido contratado como asistente y que debía presentarme hoy a primera hora en la recepción de la empresa para recibir instrucciones.

—Únicamente organizaras el papeleo y le llevarás café al señor Jones —explica Kate, la jefa de recursos humanos de la compañía.

—Parece un trabajo sencillo —digo.

Su expresión seria cambia a una de burla ligada con ternura.

—Nada con el jefe es sencillo —masculla.

Sus palabras me confunden, pero trato de no mostrarme nervioso.

—Si es así, entonces asumo el desafío. —Seguridad es lo único que define mi tono cuando contesto a su comentario.

—Te quiero ver intentando superar «el desafío». —Imita unas comillas con sus dedos antes de entregarme una carpeta y perderse en uno de los pasillos.

Superaré este reto a como dé lugar; lo haré por mí y por Linda. No puedo perder la oportunidad que ahora tengo de trabajar aquí, no cuando tanto necesitamos el dinero.

El color de su vejezWhere stories live. Discover now