El color de su vejez

10. Idea

10. Idea.

Linda.

—No creo que nos convenga hacer esto en un sitio tan retirado de nuestras casas, Linda. —La voz de Soledad llega a nuestros oídos para expresar su desaprobación al lugar que propuse.

—Pero aquí siempre hay mucha gente, las ventas serán un éxito —explico la razón por la que este es el sitio perfecto para nosotras.

—Venir caminando a diario con todas estas cosas que pesan tanto no lo será —se queja Doris.

—No es tan lejos —defiendo.

—Son dos horas caminando. Si que es lejos.

Carmen coloca las bolsas que sostiene encima de una banca y el resto nos dedicamos a imitar su acción. No puedo pasar por alto el alivio que siento en mis brazos y espalda al deshacerme del peso. Es un hecho que mi espalda dolerá esta noche.

Estamos en una plaza que queda en el centro de la ciudad. Planteé la idea de vender todo tipo de postres y aperitivos aquí; todas tendríamos grandes beneficios económicos además de que es la única manera de que más gente pruebe y compre las cosas que normalmente vendemos en el vecindario.

También les deje claro a mis amigas que es más conveniente venir caminando porque ninguna cuenta con un medio de transporte y no vale la pena gastar nuestras ganancias pagando por el público.

—Ya estamos aquí. —Doris se encoge de hombros—. Preparemos todo para poder empezar a vender.

—Manos a la obra, bellezas —apremio.

Le diré a Santiago que salgo con ellas de paseo o a ayudarlas a sus casas. Es mejor mantener en secreto que a partir de hoy venderé postres en esta plaza; no quiero que él se preocupe por mí.