40. Agridulce

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40. Agridulce.

Santiago.

Cuatro días han pasado desde que Linda fue sometida a una cirugía.

Días que les sirvieron a mis padres para enterarse de que mi abuela está internada en un hospital y para venir fingiendo estar preocupados. No les conté nada aparte de lo que dijo el cirujano después de la operación. Escuché cuando formularon sus preguntas con respecto a qué iba a hacer Linda a esa plaza, cómo pagué todo yo solo o por qué no les avisé desde el primer momento.

Decidí ignorarlas todas.

Me quedé en la sala de espera cuando ellos entraron a la habitación para ver a Linda.

Estoy poniendo la mayor distancia posible entre nosotros.

No pienso dirigirles la palabra nunca más.

Ya fue suficiente.

Después de que Linda despertara, el médico procedió a evaluarla por completo. Todo estaba y está bien con su memoria, visión, audición y habla, pero el problema es que sus brazos no siguen las órdenes que ella les da y sus piernas no responden.

Todos estos días ha estado en la cama sin moverse en lo absoluto.

Si continúa así, será dada de alta en una semana y tendrá que continuar su reposo en casa.

Doris prometió prestarle una silla de ruedas que era de su esposo; es lo que utilizaremos para movilizar a Linda dentro de la casa ahora que no puede caminar.

No sabemos si podrá caminar de nuevo o si siempre necesitará de una silla de ruedas, pero nos estamos preparando para ambas posibilidades.

Linda está descansando en estos momentos. Me dijo que ya no siente dolores de cabeza, lo que es una excelente señal en su condición. Ha pasado las horas de visita teniendo pequeñas conversaciones con sus amigas y el resto del día es conmigo con quien charla.

Sigue manteniendo el positivismo a pesar de su incapacidad de movimiento.

Y, aunque sé que a veces está a punto de echarse a llorar, se ha concentrado solo en las cosas positivas de su vida.

De nuevo, Linda Storn demuestra que es una luchadora.

El color de su vejezحيث تعيش القصص. اكتشف الآن