Día 30: "Presa y cazador"

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Su corazón comenzaba a latir de forma frenética mientras escuchaba los pasos cautelosos realmente cerca de donde se encontraba, sintiéndose realmente acorralada.

Llevó una de sus manos hasta su boca en cuanto escuchó la puerta de donde se encontraba abrirse, evitando que algun sonido debido a la sorpresa saliera de esta; pero muy en el fondo sabía que no importaba aquello, porque él podía escuchar más de lo que cualquiera, como un verdadero felino en el ambiente salvaje escuchando la respiración de la presa en la cual pronto pondría sus garras.

Su visión era restringida al encontrarse detrás de un montón de abrigos en el armario que estaba a un lado de la entrada principal de su hogar, solo podía escuchar como él se acercaba lentamente al fondo donde se encontraba. No se había tomado la molestia de siquiera encender la luz.

No es necesario porque él puede ver en la oscuridad, pensó realmente abrumada, sintiendo como sus manos comenzaban a sudar.

Se estaba tomando su tiempo para ello, como si un gran cazador jugara con su presa por diversión, por una tortura que no sabía cuándo terminaría.

― ¿Habrá alguien aquí? ― se cuestionó a sí mismo en un tono irónico, Marinette a pesar de que no podía verlo pudo imaginar una sonrisa llena de cinismo en su rostro.

Intentó idear un plan para intentar huir y ponerse a salvo, buscando alguna solución.

Para su mala suerte su hogar no tenía ningún tipo de pasadizo secreto o conducto de ventilación, y en cuanto él la atrapara ella habría perdido.

Pensó en pedirle a Tikki que saliera de su bolso e hiciera algún sonido fuera del armario para distraerlo y poder salir de ahí sin ser vista o atrapada, pero al pensar más en ello cayó en cuenta que tendría que hablar, confirmando su ubicación.

Antes de que pudiese generar otro tipo de idea en su cabeza, la cortina de abrigos que la tenían oculta en el armario se abrió, observando como los ojos de él brillaban levemente en la oscuridad y gracias a que la puerta se encontraba semi abierta, pudo apreciar la sonrisa que imaginaba que tendría en su rostro.

― El cazador atrapo a su presa ― anunció, dando un paso hacia adelante mientras se inclinaba levemente sobre su cuerpo, dejando que su rostro estuviera a la altura de ella.

Sintió las manos de él tocar su cuello, para después subir de forma tortuosa mientras sus pulgares acariciaban el lóbulo de su oreja, sintiendo como una corriente eléctrica recorría su cuerpo.

Marinette maldijo por lo bajo al verse atrapada, no había nada que hacer; había perdido.

― Te encontré en menos de cinco minutos, princesa ― musitó, acunando el rostro de ella entre sus manos.

Juntando sus labios con los de ella de forma suave, sintiendo como el cuerpo de ella comenzaba a relajarse ante su acción, poniéndose de puntitas sobre sus pies para estar aún más cerca de él, rodeando su cuello con sus brazos.

Desde el principio sabía que estaba en desventaja ante la idea de jugar a las escondidas.

En primer lugar, porque Chat Noir tenía la habilidad de escuchar mejor que nadie, así como poder ver en la oscuridad.

Y en segundo; porque muy dentro de ella quería perder.

Porque había disfrutado el primer beso que habían compartido, porque a pesar de que no entendían que sucedía entre ellos era más que obvio que querían más del otro.

A pesar de intentar alejarlo, las cosas simplemente habían tomado un curso distinto al imaginado. Y estaba feliz.

Quizás por eso cuando su padre los encontró después de haber compartido aquel primer beso en su azotea (aquel que para fortuna de ambos, no habia presenciado), habiendo escuchado una pequeña pelea, sugirió un pequeño juego para que las cosas se tranquilizaran y pudieran hablar con calma, pues podía ver en sus ojos que existía algo de tormento.

Mucho marichat en mayo [Miraculous Ladybug][Drabbles/Oneshots]Where stories live. Discover now