•☽• 10.- sick •☾•

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10.- sick

El lunes por la mañana el pequeño rayito de sol se despertó más entusiasmada de lo que normalmente se despertaba cuando debía asistir al jardín para ver a sus amigos y a Jungeun; y es que aquel día la menor pasaría toda la tarde con su unnie en el jardín, se podría decir que Yerim le había estado insistiendo más de dos semanas a su madre para que la dejara quedarse con Jungeun toda la tarde con la excusa de que quería pasar tiempo con su unnie favorita. Sin embargo, el pequeño rayo de sol aun quería encontrar la forma de hacer que Jinsoul y Jungeun se hicieran mucho más cercanas de lo que eran.

— Bebé. Ven aquí por favor —.  Pidió Jinsoul antes de cargar a la menor en sus brazos y verificar si lo que pensaba era correcto.

>> Bebé, no vamos a ir a ningún lado hoy, estas ardiendo en fiebre.

— No~ E'toy bien. Vamos! Vamos a jugar con Jungeun Unnie~ — Expresó el pequeño rayo de sol con debilidad en la voz tratando de mostrarle una sonrisa a la rubia.

— Yerim~ No. Vamos a ir al medico para que te de algo por la fiebre ¿Si? — A pesar de la situación de Yerim, en ningún momento dejó de insistir en querer ir a jugar con Jungeun, claro que no consiguió lo que quería.

El pequeño rayo de sol ahora se encontraba en su habitación durmiendo luego de haber regresado junto a su madre del médico, no era nada nuevo que la menor amaneciera enferma de un día al otro; sin embargo, ni siquiera por estar enferma dejaba de tener esa característica sonrisa que la definía o el animo suficiente como para querer ir sin dudar a ver a Jungeun.

>>>

Jinsoul se encontraba en la sala de estar junto a Soojin, quien hasta hace unos días le había estado hablando sobre la chica con quien había estado viviendo en París y con quien también había regresado a Seúl, la menor no podía evitar sonreír cada vez que hablaba de aquella chica con su hermana.

— Jinnie, ¿No me digas que te enamoraste de ella? — La joven de quince años procedió a  ocultar su cara entre sus manos ante las palabras de la mayor.

— No. No es eso. Solo creó que es linda y cada vez que escucho su voz, no se como, pero siento que estoy volando como si fuera una mariposa —. Expresó Soojin sin dejar de sonreír en ningún segundo.

— Estas enamorada —. Jinsoul no sé contuvo de decirle aquello a su hermana, pues había pasado un tiempo desde que la menor había tenido una relación con alguien.

— No. No estoy enamorada de Heejin, solo creó que es linda y tiene una voz que te hace sentir en el cielo —. Negó. Aun así, hizo una leve pausa antes de continuar negando la afirmación de su mayor.

>> Diablos! ¿Me gusta Heejin? Sol ¿Estoy enamorada?

Jinsoul no sé molesto en responder con palabras, simplemente asintió ante las preguntas de la menor, mientras le dedicaba una dulce sonrisa antes de dirigir su mirada hasta el pequeño rayito de sol que se encontraba de pie en el umbral de la puerta mientras sostenía con fuerzas su peluche de murciélago y sorbía su nariz mientras resbalaban unas cuantas lágrimas por sus mejillas.

— Mami. N~No estabas y... — Yerim no tardó en acercarse hasta su progenitora estirando sus bracitos para que esta la cargara y ayudará a volverse a dormir.

— Bebé, tranquila no pasa nada. ¿Tuviste una pesadilla? — Expresó con duda Jinsoul, con la menor sentada en sus piernas mientras tenía su cabecita sobre su pecho.

Yerim asintió ante la pregunta de su progenitora, sin quitar en ningún momento su cabecita del pecho de la mayor, pues cada vez que el pequeño rayo de sol caía enferma terminaba poniéndose más apegada de lo que normalmente era. No paso demasiado tiempo hasta que la pequeña volvió a dormirse esta vez en los brazos de su progenitora, quien no se molesto en llevar a su rayo de sol hasta la habitación para dejarla dormir tranquila, pues sabía que en cualquier momento volvería a despertarse llorando y no quería ver a su pequeño rayo de sol con lágrimas en los ojitos.

— Soul, Creó que a veces consientes mucho a Yerim —. Expresó Soojin, adentrándose nuevamente en la sala de estar, seguida del cachorro blanco que tenía de mascota.

— ¿Tú crees? No puedo decirle que no cuando esta enferma, sabes que verla llorar es mi mayor debilidad —. Soojin asintió ante la respuesta que le había dado la mayor; sin embargo, no tardó en recordar lo que realmente quería preguntarle a su hermana.

— Lo se. Pero eso no era lo que quería decirte —. Expresó la menor, sentándose junto a Jinsoul.

>> Yo te dije quien me gusta, así que, ahora quiero saber ¿hay alguien especial para tí? Y no me vayas a decir que mi sobrina es la única persona especial para tí.

Jinsoul lo pensó un poco antes de responderle a la menor, sabía que no podía ir y decirle lo primero que se le viniera a la mente, pero no era como si la rubia estuviera pensando las veinticuatro horas en alguien en especifico, por el momento no tenía pensado tener una relación amorosa con nadie; sin embargo aquello no significaba que no existiera esa persona especial que la hiciera sentir como si estuviera en el cielo cada vez que la veía.

— Jinsoul. Vamos, soy tu hermana, puedes confiar plenamente en mi, solo dime ¿hay alguna persona especial en este momento? — Expresó Soojin, quien no se esperaba como respuesta que la mayor asintiera con la cabeza, provocando un pequeño y leve grito que no consiguió retener.

>> ¿Quién es? ¿La conozco? ¿Es una chica o un chico? Espera, por tu cara diría que es una chica que conociste hace poco, por lo que no creó conocerla.

— ¿Tan fácil soy de leer? — Expresó la rubia con cierto tono de duda en su voz, tratando de no despertar a Yerim que seguía durmiendo tranquilamente entre sus brazos.

— No sé si tan fácil, pero para mi que soy tu hermana, si —. La joven muñeca de porcelana río ante la expresión en el rostro de la mayor, esperando que ésta le dijera quien era la persona que había logrado llamar su atención.

— No te voy a decir nada más, Jin. Te conozco perfectamente como para saber que no podrías estar ni dos segundos sin decírselo a todo el que te encuentres —.  Soojin hizo un mohín al darse cuenta de la poca confianza que tenía su hermana con ella. Pero, aun así no insistió más en saber quien era la afortunada que había flechado a la mayor.

Aun estando enferma, Yerim había escuchado toda la conversación que había tenido su madre con su tía, la menor sabía mejor que nadie que ella no podía decirle a su progenitora con quien debería estar, pero luego de escuchar aquello, el pequeño rayo de sol tenía cierto grado de esperanza de que la persona que le gustaba a su madre fuera Jungeun y nadie más que ella.

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𝐭𝐡𝐚𝐧𝐤𝐬 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐬𝐮𝐧𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 • 𝐥𝐢𝐩𝐬𝐨𝐮𝐥 | 𝐲𝐞𝐨𝐫𝐫𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora