Capítulo 28

11.2K 1.3K 67
                                    

¿Puedo ser más buena con ustedes? 🤔🤔No lo creo... 😉💕 Los quiero y se lo merecen! 😘

Harry volvía fastidiado por el viaje y el fuerte viento que levantaba la arena del camino y la hacía volar rozando su rostro y haciéndolo estremecer, apenas llevaba los ojos abiertos en una línea, para ver el camino y no desviar a los caballos. Cuando al fin alcanzó la hierba que rodeaba el sendero hacia la casa, suspiró aliviado de que al menos la piel de su cara y sus ojos no sufrieran aquel castigo. Apuró el paso de los animales con un golpe de su látigo y cuando llegó a la parte trasera de la casa, bajó apurado, tomó algunos bultos y corrió hacia la cocina.

—¡Brrrrr! —exclamó, mientras sacudía su cuerpo un escalofrío. Apuró el paso y dejó los bultos junto al montículo de leña, para luego separar la mercadería y llevarla a la despensa, pero Martha entró rápidamente y lo hizo volverse.

—¡Harry! Al fin has llegado... por Dios de cielo, no imaginas lo que ha sucedido. —Harry suspiró abatido por el cansancio y el deseo de tumbarse en su cama y dormir dos meses seguidos.

—¿Qué será?

—Pues que la señora Elena no aparece por ningún sitio...

—No entiendo...

—Estaba jugando con Oliver a las escondidillas, y ha desaparecido... —Harry blanqueó los ojos con el ceño fruncido. Prefería el viento y la arena a semejante problema.

—¿Dónde se ha escondido? ¿En la casa? Tal vez está jugando con el niño, bromeando con él.

—¿Crees que va a bromear cuatro horas? —pregunto Martha con ironía al ver que el hombre no terminaba de hacerle caso. —Algo le ha sucedido...

—Habrá huido...

—No digas eso... no creo... ¿tú crees? —dijo al sopesar la posibilidad y Harry estiró su boca hacia un lado pensativo y al mismo tiempo, tratando de ordenar en su mente el problema presente y el que vendría, pues cuando Aiden se enterara la buscaría por cielo y tierra para matarla.

—Yo creo que sí. Todos sabemos cómo es la situación de ellos dos... y digamos que apenas si se soportan. Habrá aprovechado que él no está y se ha largado.

—Dios mío... —llevó sus manos a su boca y apretó sus ojos. —¿Pero a dónde va ir caminando si apenas puede mover la pierna?

—¿Se fijaron en las caballerizas si están todos los caballos?

—No... no lo pensamos... —Harry suspiró y acomodó su abrigo para salir.

Corrió atravesando el jardín y la casa para acercarse al establo.

—¿Todo está en orden? —le preguntó al muchacho.

—Sí... fuera de este viento espantoso que tiene a los caballos nerviosos, todo está en orden.

Corazón en  PenumbrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora