Colder✅ [Libro 1]

6. Frío como una estatua

Día sábado, desde ayer tenía todo listo para lo que sería la fiesta de hoy, el problema radicaba en si iría o no con Arion, Kate había quedado con Michael y Elliot, podía unirme a ellos si quería. Pero yo no quería, muy en el fondo deseaba ir con Arion a esa fiesta y probarle que no era lo que sea que él creía que era, tal vez estaba cayendo en una trampa y eso era exacto lo que él quería que hiciera, quizá fue por eso que lo dijo.

Había tocado un punto sensible: mi curiosidad.

Cerca de las tres de la tarde y cuando ya había dado vueltas por toda mi casa tirándome de los cabellos tome una decisión.

Arion V.

Hey.

Tardo unos minutos de zozobra para ver el "en línea" y posteriormente el "escribiendo"

¿A qué hora paso por ti?

Su arrogancia era tan grande como su indudable atractivo.

¿Cómo sabes que no estoy cancelándote?

Nadie me cancelaría.

Qué lástima, porque estoy cancelándote.

¿Te viene bien a las siete? A esa hora inauguran la hoguera en el lago.

Bufé dejándolo en un claro visto, me recosté en mi cama mirando el techo, era obvio que algo así pasaría, estaba hablando con el chico más rico del pueblo y también el más atractivo. Arion solo quería jugar y burlarse de mí, lo ha hecho desde que caí sobre su regazo en el avión. Pero necesitaba saciar mi curiosidad.

Bien, a las siete.

Nos vemos...Roja.

Le envié un texto a Kate, ella me ayudaría a domar mi cabello, si quería estar lista a tiempo debía iniciar desde ahora.

Nos tomó bastante, pero juntas pudimos peinarnos y maquillarnos entre nosotras, Kate estaba renuente a usar maquillaje pero logré convencerla para cuando se marchó a cambiarse, lucía un discreto pero lindo maquillaje que resaltaba sus rasgos.

Mi jean corte alto de color blanco me parecía una buena opción pero lo decante por uno negro, una camisa corta roja y una chaqueta para el frío que hacía en este lugar.

A las siete menos veinte me miré en el espejo notando que los rizos que mi amiga había intentado poner en mi cabeza se habían esfumado y mi cabello no tena mas allá de una ondas, cosas de cabello lacio. Ya no había tiempo para retocar, así que frustrada me hice una foto y la posteé en mis redes sociales.

Bajé a tomar algo a la cocina y me encontré a mi abuela haciendo la cena, ella me guiñó un ojo al darme un repaso.

—Sabía yo que te los ibas a quitar a sombrerazos ¿Quién es el afortunado?