41. La preparación (Parte III)

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—¿Todo listo?

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—¿Todo listo?

—Sí señor, el primer grupo acaba de partir. Todos cegados.

—Muy bien Fischer, eso los mantendrá distraídos y los cansarán para cuando lleguemos.

Camino dentro de las instalaciones del edificio abandonado hasta llegar al trono sin tanta parafernalia como cuando el Clan de Atenas estuvo aquí.

—El grupo por fin está completo, vampiros y Vrykolakas de todo el mundo han acudido a mi llamada demostrando que la lucha por nuestros derechos naturales es lo único que importa...

Paseo la vista por el gran grupo orgulloso de todo lo que he conseguido; el matrimonio Fischer y su hijo, fieles a los Vriklas antes de claudicar y unirse a mi; un clan pequeño proveniente de España que contaba con cinco integrantes y cuya matriarca había creado a sus cuatro hijos para hacerlos máquinas depredadoras, de ellos aprendí sobre el control, usar plenamente mis poderes para no cegarme; Vrykolakas resentidos con Grecia y el trono inmortal, de los más poderosos y los tenía a mi mando; rezagados; viajeros, uno de ellos en especifico había sido buena fuente de neófitos. Y para cerrar con broche de oro...

—¡Hemos vivido demasiado como para seguir en sombras! ¡La especie reinará! Aquellos rehusados a ceder ante nuestras virtudes, los que se rebajan a vivir como la escoria humana y que protegen a esa especie inferior merecen ser erradicados de este plano.

La sala se lleno de aplausos ante las palabras de uno de nuestros nuevos integrantes, se había unido junto a otros tan antiguos y poderosos como él, todos dispuesto a darle la espalda a sus antiguas vidas.

—Cuánta razón hay en tus palabras, Hitach.

—Mi señor —asintió reverenciado.

—Hoy, al amanecer. El clan Vriklas verá salir el sol por última vez y luego de ello...El Trono Inmortal deberá temer a nuestra llegada. Devolveremos a Grecia a sus verdaderos dueños, los que viven sus vidas sin miedo a la luz, sin miedo a la insignificante humanidad. ¡Se vienen días de gloria para nuestra especie!

El salón se llena de vítores, muchos rostros emocionados ante la incipiente batalla, barrí la estancia entre el posible infiltrado, ese que avisaba a los Vriklas de nuestros planes. Era mejor partir semanas antes de lo planeado, nosotros estábamos listos y ellos, aunque estuvieran sobre aviso, no serían suficientes y no esperarían todo el poder proveniente de nuestro Clan.

Me sentí impotente al notar que había algo imposible para mí, ella se había encargado de ello mientras estaba conmigo, Agniet siempre supo lo que sentían a su alrededor, si mentían o decían la verdad; si ocultaban algo. Su poder me hacía falta, ahora más que nunca era consciente de su importancia y todo de lo que mi inestabilidad me cohibía.

Casi todos hacían esto pero ninguno tan bien como ella, incluso Eithan decía que lo suyo radicaba más en el centro esencial de las personas y no en sus sentimientos momentáneos.

Colder✅ [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora